Siempre te encontrare (Ace X T/N)

Prologo

Nací en una aldea del mar del Este, tengo muy vagos recuerdos de aquel lugar. Días antes de que muriera mi madre me obligó a comer una fruta del diablo, la fruta Tsubasa Tsubasa no Mi, la cual era muy buscada por ser una de las frutas más interesantes del mundo, ya que otorga alas doradas a su usuario que, entre más prácticas con ellas, van creciendo en tamaño y fortaleza.

No entiendo por qué mi madre me obligó a comer esa fruta antes de su supuesto accidente en el mar, pero dos días después de la noticia, un hombre de la marina me llevó consigo. Su nombre era Monkey D. Garp. Según varios periódicos que leí en su casa, era un héroe de la marina.

Mencionó que me acogió porque le debía un favor a mi padre, pero por más que le pregunté quién era, nunca respondió.

Por años, Garp me trató como una princesa. A pesar de sus entrenamientos duros, siempre fue como un padre hasta que, al llegar mi octavo cumpleaños, me llevó a Dawn a vivir en la montaña con los bandidos.

- T/N, apúrate que llegaremos tarde - decía Garp mientras caminaba hacia la montaña.

- Pero ¿por qué tengo que vivir con los bandidos, Garp? - protesté caminando a su lado.

- Porque tengo que regresar a la marina y no podré protegerte de los cazarecompensas y coleccionistas. - Por años, muchos han intentado cazarme para vender mis alas, pero Garp me defendió en cada una de esas ocasiones.

- Soy fuerte, puedo cuidarme yo sola - mencioné mientras cruzaba mis brazos.

- Lo sé, pero estarás más segura con Dadan y Ace - mencionó a ese niño que solía visitar de vez en cuando en la montaña.

- ¿Ace? ¿Por qué me protegería un niño que solo es un año mayor que yo?

- Ya llegamos, será mejor que no protestes y hagas caso a Dadan.

Nos acercamos a la casa a tocar la puerta, pero no salió nadie. Entonces Garp golpeó mucho más fuerte. Salió una señora gorda, pelirroja, gritando:

- ¿Quién golpea la puerta así? - Al ver a Garp, se puso pálida, parecía que había visto un fantasma.

- Dadan, ¡cuánto tiempo! - dijo el hombre con una sonrisa en la cara.

- Ga...rp... - dijo mientras tartamudeaba con una expresión aterrada.

- Te tengo una nueva encomienda. Te presento a T/N, tiene 8 años y vivirá contigo - mencionó mientras pasaba a la casa. - T/N, quédate afuera, tengo que hablar con Dadan.

Cerraron la puerta de un golpe, así que decidí recorrer el lugar. Parecía un lugar excelente para entrenar, muy amplio y tranquilo. Me gustaba mucho. Sin embargo, escuché pasos detrás de mí, lo cual hizo que saltara del susto.

- ¿Quién eres? - pregunte abriendo mis alas por si necesitaba defenderme.

- Eso debería preguntarlo yo - dijo un niño con aires de superioridad, con su postura recta, sus brazos cruzados y un tubo largo en su mano derecha. - Yo vivo aquí, tú eres la intrusa.

- Así que tú eres el famoso Ace - dije relajando mi cuerpo mientras cerraba mis alas.

- ¿Acaso te conozco, niña? - preguntó sin cambiar su postura.

- No, pero Garp te menciona mucho - dije mientras me daba la vuelta para seguir explorando, pero Ace comenzó a seguirme.

- ¿Garp? ¿Cómo conoces al viejo? - me cuestionó, pero preferí no responder hasta que se puso delante de mí. Me fijé en su cara, tenía curitas en la frente y su cara estaba llena de pecas. - Responde a mis preguntas, niña.

- Me llamo T/N, para tu información - aclare un tanto molesta ya que Garp siempre me dijo que era un niño problemático. - y Garp me crio desde niña.

Ace estaba a punto de hablar cuando Garp salió de la casa con Dadan detrás con una sonrisa un tanto falsa.

- Ace, ¡cuánto has crecido! - dijo mientras revolvía el pelo del niño. - Veo que ya se conocieron.

- Ya suéltame, anciano - dijo mientras se alejaba del hombre.

- Bueno, será mejor que me vaya. Está anocheciendo y tengo que regresar al cuartel general - decía Garp mientras se acercaba a mí. - Cuídate, mi pequeña, vendré a verte.

Al marcharse Garp, la mujer de pelo rojizo estalló mientras gritaba a sus hombres:

- ¿POR QUÉ? ¿POR QUÉ HACE ESTO? ¿ME VE CARA DE NIÑERA EL INÚTIL?