La semana se hizo desesperadamente larga. Eloise se fue de viaje con su novio el jueves y cuando llegó el viernes, Pen sentía que no podía respirar. Había leído cada especificación de Colin como cinco veces cada una. La rutina era simple, ella llegaría y haría la cena y esperaría a que Colin llegara una hora después del trabajo.
Conocía todo sobre Colin. Tenía veinticinco años. Su padre había muerto en un accidente de coche y su hermano mayor, Anthony, heredó la empresa familiar. Sin embargo, había otros donde cada hermano Bridgerton se podía desarrollar y él asumió el mando del negocio editorial que a pesar de ser pequeña, era lucrativa y muy provechosa.
Los periódicos decían que era uno de los hermanos más inaccesibles, inflexible y un auténtico bastardo.
Pero a Pen le gustaba pensar que conocía mejor al verdadero hombre y es que, años atrás, cuando su madre y sus hermanas habían atravesado una situación económica muy mala debido a que su padre las había dejado en deudas luego de su divorcio y con el banco amenazándolas para quitarles la casa, Colin convenció a sus hermanos mayores de ayudarlas a pagar la deuda y que la señora Portia (su madre) fuera pagando como pudiera y sin intereses.Salvaron su casa y sus posesiones gracias a Colin y a los Bridgerton y cada año dejaban una parte del dinero hasta que pudieron pagarla por completo, porque, además, sus hermanas, Prudence y Philippa decidieron trabajar para la empresa de Anthony y era un jefe generoso y justo.
Eloise se hizo amiga de inmediato, y a pesar de las diferencias sociales, se llevaban muy bien.Y aunque Colin era su príncipe encantado, jamás se habría imaginado que tenía gustos tan particulares.
Y ahí estaba para hacer algo al respecto con sus nuevas fantasías (aun teniendo miedo en exceso), en viernes, a las cuatro y cuarenta, entrando por la puerta principal del edificio donde Colin vivía.
Sin equipaje, sin maletas ni mochilas. Solo su bolso más pequeño con todas sus identificaciones y su celular.
Puso el código en el ascensor y subió hasta el pent-house. Era la primera vez que entraba a la casa de Colin, había ido antes a la mansión Bridgerton, pero nunca al departamento de Colin.
Entró quedando en el vestíbulo maravillada por la cantidad de fotos de viajes y lugares que había decorando las paredes. Minimalista y de vanguardia.
Dejó su bolso y su celular en una repisa y caminó por todo el lugar estando anonada. —Wow. -Vio su reloj, cinco de la tarde. Había llegado temprano y tenía tiempo para hacer la cena. Al encontrar la cocina se puso manos a la obra y agradecía que se le diera bien cocinar, porque no quería decepcionar a Colin."Todo sucede muy rápido". —Cállate, voz interior. -preparó un salmón con hierbas y al encontrar la bodega de vinos quedó maravillada.
"Solo dos copas de vino por noche." Recordó la regla que le decía que tenía prohibido emborracharse y rodó los ojos. —Tienes que acostumbrarte.Escuchó la puerta y salió de la cocina. Vio como Colin entraba y se quedó sin aliento. Llevaba un atuendo informal, un jersey azul y pantalones grises. —Buenas tardes, Penélope. Veo que llegaste a tiempo como te lo dije. -No contestó. Lo vio sonreír y se acercó lentamente. —Puedes contestarme.
—Sí. Llegué temprano. -No dijo nada más. Lo siguió mientras caminaba por el vestíbulo.
—Cenaremos en el comedor. Es tu espacio libre, las horas de comida podrás hablar con libertad aunque siempre con respeto. Algunos días comeré en mi estudio, otras contigo, si estamos aquí significa que tienes una invitación para hablarme de lo que gustes. Hoy iniciaremos con menos formalidad. -Penélope asintió y Colin alzó una ceja. —Penélope, ¿Dónde estamos?
Esperaba su respuesta. —En el comedor.
—Aquí quiero oír tu voz. ¿De acuerdo?
—Sí, señor. Lo siento señor.
Colin sonrió y se acercó a darle una caricia en la mejilla. —Bien. Veamos que cocinaste. -Penélope sirvió los platos y los puso en la mesa del comedor. Colin la miró complacido y se sentó a su lado para comenzar a comer. —Sé que esto puede resultarte intimidante, pero quiero que sepas que voy a anticipar tus necesidades siempre, por lo que puedes confiar en mí. Tus palabras de seguridad detendrán toda actividad con la que te sientas incómoda.
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Title and Secrets
FanfictionHay reglas simples entre las relaciones sin títulos oficiales. "Amigos con beneficios", algunos les llaman. Pero en otros contextos no es más que un "contrato". Penélope está en su último año de universidad. Quiere ganarse la vida como escritora...