20. Los problemas y dramas

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Había sido un buen fin de semana. Colin coincidió con Penélope en usar el potro, una experiencia que ella luego le hizo saber que fue de lo más "halagadora, excitante y alucinante". Cosa que a Colin le hizo reír mientras le prometía volver a usarlo y más seguido.

El domingo tuvieron su ritual en dónde Colin le quitó el collar y Penélope decidió quedarse a dormir y dejar que Colin la llevara al día siguiente a la universidad.

Estaban recostados en la cama, abrazados mientras él la acariciaba cuando ella lo miró. —Entonces ¿Somos novios?

—¿Lo dudas? -dijo él antes de besarla y ella sonrió. —Lo digo en serio. Vamos a tu ritmo, haremos lo que se adapte mejor a tí. -le acarició la mejilla y ella se sonrojó. —pero no dudes, yo quiero contarle a mi familia, y a la tuya. No quiero ocultar nuestra relación.

—Lo sé. No dudo de ti, desde antes de que empezaramos esta relación has hecho mucho por mi, solo hice la pregunta porque apenas me creo que estemos saliendo. -dijo entre risitas mientras le acariciaba el pecho. —Colin, me gusta esto. Tú me gustas mucho, no quiero echarlo a perder. Y me cuesta mucho comprender como un hombre como tú me ama.

—Es simple. Tú eres la mujer más maravillosa y valiente que he conocido. Eres hermosa y cálida, muy dulce. -le dijo él antes de besarla. —Quiero conocer hasta el último de tus secretos. Y quiero que tú conozcas los míos.

—¿Cuántos secretos guardas?

Colin la miró y suspiró.—muchos. ¿Quieres saber uno ahora? -Penélope asintió, si que quería saberlo. —Pregunta, diré todo lo que quieras saber.

Pensó en Marina, esa imponente y voluptuosa mujer que había visto en el restaurante y miró a Colin. —Marina, es tu ex novia. Cuéntame de ella, ¿Fue tu sumisa? -tenía miedo de no estar a la altura de las anteriores. Y a quien más temía era Marina, previo a ella no hubo "novias", solo sumisas, quería saber en que se diferenciaba ella de las demás.

—No. -contestó él. —no lo fue. Solo mi novia, Pen. Algo normal.

—¿Sabía de tu forma de ser?

Colin notó lo preocupada que estaba así que decidió contarle todo. —Lo sabía. Se enteró, no le había dicho, no fui honesto. Ella me pidió que fuera normal y lo intenté. La conocí en una fiesta, y estaba lidiando con esto creyendo que estaba dañado de alguna forma. Pensé que mi gusto por el sexo intenso y rudo no era natural. -dijo mientras abrazaba a Penélope con más fuerza. —Creí que era malo. Recuerdo que pensé más de una vez en hacerte todo lo que hacemos ahora a ti, desde que te conocí, desde que me hablaste por primera vez y solo decías "Sí", llené el espacio faltante y podía escucharte en mi cabeza diciéndome "Amo" y "Señor". -Penélope sonrió y se apoyó en el hombro de Colin. —Me sentía horrible, creí que te iba a corromper si me atrevía a intentar algo contigo. Tuve sumisas pero me sentía vacío, creí que estaba todo mal y cuando conocí a Marina decidí intentar algo diferente.  Decidí probar solo lo romántico. Salimos y fui "normal", pero aún me sentía vacío. Así que fui a una reunión, Marina me siguió porque pensó que le era infiel, se escandalizó. Peleamos, ella intentó ser algo que no podía ser porque quería seguir conmigo, y yo intenté adaptarme. Me sentí un monstruo. Rompimos... Y yo decidí seguir con mi vida como la conocía pensando que jamás podría conciliar el amor y el ser un Dominante.

Penélope lo miró y le acarició la mejilla. —Colin, no estás dañado, y tampoco eres un monstruo. Solo eres un poco diferente, algo fuera de lo convencional.

—Lo sé. Tú me hiciste ver qué puedo ser ambos. Y por fin contigo me siento completo. Me gusta ser romántico contigo y me gusta también atarte a la cama. -Penélope comenzó a reír y se acercó besándolo otra vez. —¿Qué hay de ti? Cuéntame de Armand. ¿En realidad lo amaste?

Title and SecretsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora