ASIEL
Ver llorar a una chica debía ser la cosa más dolorosa sobre que te den un spoiler de tu serie favorita. Porque en verdad lo era. Creo que el sentimiento se intensificaba porque yo también la estaba pasando mal.
Había esperado que la banda me encuentre un mes después de huir, que vayan a buscar a mis padres o me llegue una demanda, algo. Esperé dos, tres, cinco meses y nada. Solo salía para lo justo y necesario. No iba a ir por las calles exponiéndome, me daba miedo pensarlo. Por suerte luego me di por vencido y traté de hacer mi vida normal, pero sin hacer un escándalo como para regresar a ese cuarto oscuro. Encontré trabajo como profesor para dos horas y media en la mañana. Me pareció bien porque el resto del tiempo podía usarlo en componer.
—¿Qué le pusiste a la salsa?
Levanto mi cabeza y ella me sonríe con los labios manchados de salsa y trozos de tomate.
Es tan adorable.
—Nada, ¿por qué?
—Está rica. —Vuelve a tomar un bocado mientras le hace muecas a mi gato.
Mamá me había aconsejado demandarlos por maltrato y robo, además por derecho de autor y teniendo aún las pruebas en mi libreta, podía ganar. Pero no quise meterme en problemas. Y mientras me duchaba lo pensé bien. Papá siempre me enseñó a dar la cara ante los problemas que podrían ocurrir, a hacerme responsable de mis decisiones y si estas fracasaban.
No creo que lo que estaba haciendo era algo de lo que me habían enseñado. Estaba de brazos cruzados, mientras el mundo seguía dando vueltas, las personas opinaban y los medios no tardarían en hablar. O ellos saldrían a decir mentiras en algún programa de televisión.
Debía ya solucionarlo, había pasado un año. Un año en que ellos no sacan música y se dedican a dar conciertos e ir de invitados a programas a tocar mi música.
Mientras lavaba los platos y los utensilios utilizados para cocinar lo seguí analizando. Era hora de salir a hablar, pero me daba miedo. Tenía tanto miedo de que nadie me creyera.
¿Cómo enfrentas a algo que te lleno de felicidad por un lapso de tiempo, pero a la vez fue lo que causó serios problemas de confianza?
Alguien tocó mi puerta y se me erizó la piel. Mi gato levantó la cabeza por encima del almohadón donde se había echado a dormir.
—Asiel, soy yo.
Solté el aire que estaba reteniendo. Era Avyanna que había ido a ponerse pantuflas y traer tabletas de chocolate para beber por la fría tarde.
Mi gato saltó a la puerta y esperó a que la abriera.
Me sequé las manos y con miedo abrí un poco la puerta hasta ver a Avyanna con unos lentes más grandes que toda su cara, un libro, un estuche y las tabletas en la mano.
—¿Le robaste sus lentes a Chicken Little?
Hice un ademán para que pase.
—Sí, y luego lo cocinaré en un rico asado para Mochi.
El gato movió la cola y la siguió.
—He pensado hacerme un cambio de look para que nadie me reconozca en la calle, ya cambié la foto de perfil de mi Instagram y pasar desapercibida en la universidad será pan comido.
Me reí ante su propuesta.
—No te pintes de negro el pelo, por favor.
Porque luego mis canciones hablando de su rubio cabello no iban a tener sentido.
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Operación Cupido (Pausada hasta Diciembre)
RomanceAsiel es guitarrista y Avyanna es escritora. Él ya la conoce, pero ella no sabe de su existencia hasta que el ruido de una guitarra eléctrica rompe su amado silencio de su mudanza. A pesar de que la primera impresión que se lleva de él es un chico c...