ASIEL
Los nervios que sentía en estos momentos eran como un susurro del viento en mi nuca. No podía mirarla a la cara a pesar de tenerla bajo mis narices.
¿En qué me había convertido ahora? Una chica me estaba poniendo nervioso.
Jamás lo vi venir.
—Buenos días —dijo con su voz alegre.
Solté lo primero que pensé, y luego me arrepentí.
—¿Qué no deberías estar estudiando?
Genial, ahora iba a pensar que la estaba echando.
—Hoy había una actividad de presentación de discursos y exposiciones, entonces como mis padres ni mi hermano pueden venir, decidí faltar.
—Wow, que extremo y arriesgado suena.
La miré de reojo mientras caminaba al ascensor.
Llevaba un suéter azul como sus ojos y traía rizado el pelo. Se veía adorable, incluso con los jeans que le quedaban arrastrando.
Me dieron ganar de abrazarla, y llevarla cargada a mi departamento.
—¿Vas a molestar a alguien más con la guitarra?
Ah, cierto, llevaba mi guitarra muy temprano como casi todas las mañanas, solo que ella no lo notaba porque iba a estudiar y salía más temprano.
—Voy a trabajar. —Presioné el piso cero y esperamos a que el ascensor se abra.
—¿Trabajas?
—Sí, ¿qué te sorprende?
—Nada —susurró. —¿Pero por qué llevas la guitarra?
—Justamente por mi trabajo.
—¿Cantas en la calle?
Increíble. ¿En serio me veía como un músico callejero? Para nada, tenía mejor estilo que cualquiera.
—No.
Quiso preguntar más, pero se quedó callada. El ascensor se abrió y subimos. Me repasó con la mirada, pero hice como si no lo notara.
—¿A dónde vas tú?
—A comprar pan francés.
—¿No has desayunado?
—Sí, pero en la universidad como pan y se me hizo costumbre, así que voy por el.
—Genial, cuando regrese me invitas un poco.
El ascensor se abrió y vimos a Bastian estirándose en la recepción. Mientras Kenzo terminaba de tomar su café y dibujaba en silencio como todas las mañanas.
—Pero saldré a almorzar fuera, no te veré.
—¿Almorzar sola o...?
—Sí.
—Hola chicos —saludaron.
—Buenos días —respondimos al mismo tiempo.
Avyanna sacó una bufanda color crema de su bolso y se la colocó caminando a la puerta.
—¿Qué tal con la chica? Se llevan mejor por lo que veo. —Dijo Bastian.
—Sí, y le he dicho algo que espero no recuerde o no lo mencione.
—¿Ya le declaraste tu amor? —susurró Kenzo.
—¿Te emborrachaste y le dijiste que te gusta? —le siguió Bastian.
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Operación Cupido (Pausada hasta Diciembre)
RomantizmAsiel es guitarrista y Avyanna es escritora. Él ya la conoce, pero ella no sabe de su existencia hasta que el ruido de una guitarra eléctrica rompe su amado silencio de su mudanza. A pesar de que la primera impresión que se lleva de él es un chico c...