EMPATHY || (bilogía mentes)

12 TORTURA COLECTIVA Y MUSEO DE MENTES.

𝑱𝑨𝑷𝑶́𝑵, 𝑨𝑪𝑻𝑼𝑨𝑳𝑰𝑫𝑨𝑫.

—Que es más importante, ¿la tierra o los humanos?, ¿qué raza tan egoísta y ególatra se elegiría asi misma sabiendo que son el mal verdadero.

—Sin la raza humana no sería lo mismo.

—exacto, todo sería mejor. Todo aquel que atente contra una vida humana es un villano y todos los que tratan de salvar una vida humana es un héroe... ¿pero qué hay cuando no se trata de un ser humano?, no me interesa ser un héroe.

Me levante del asiento, tome el café y vi a través de la ventana de cristal.

—sin embargo, aún hay un humano que quiero encontrar y tú, Ryoko te vas a encargar de encontrarlo.

—la realidad serán sus órdenes —se levantó y se retiró.

—el cambio no es cuestión de años, el cambio es cuestión de tiempo y crearé el linaje que lo hará.

—pronto estará aquí, mí niña.

—lo sé, André.

Observe como el mundo se movía con su vida dentro, el vidrio aislaba el ruido, pero se escuchaba en mi interior, cada paso, cada estruendo humano, cada pequeña parte que se volvía una bola de nieve, ¿en qué momento colapsaría?.

—¿en que nos convertimos?, en ojos que no ven, en oídos que no escuchan, en bocas que no hablan, en humanos que no sienten —voltee a ver André— ¿a que nos referimos con un linaje perfecto?, ¿cuál sería el linaje perfecto?.

—¿héroes y villanos para quien? —me miro.

—¿para quien, André?, el poder de la mente, el poder del dinero, el poder de ser, nos hicieron perder —volví a ver por la ventana y en un pequeño mareo tiré la taza derramando el café— ¿morirías por lo que has asesinado?.

—¡niña!.

—estoy bien —dije recobrando mi cuerpo— está funcionando.

—Ryoko lo encontrará.

—han pasado meses, desde que ocurrió todo, ha empezado sin él, pero no puede terminar sin que no esté —sentí mi rostro volverse severo— cosas ocultas que se ven y cosas que se ven que están ocultas. Todos lo saben, están conscientes de eso, pero no para lo que significa.

Un silencio invadió el espacio donde se encontraban dos personas que entendían quienes eran y que cargaban con el peso de perder lo que más amaban por el mismo amor.

—no he olvidado quién fui, quién soy y quién seré. Escuchar sus pequeñas primeras risas, cargarlos entre mis brazos, sentir sus diminutos corazones latir, encontrar nuestro hogar en los ojos de su padre mientras... ese sueño —la voz no me dejó terminar al tratar de controlar lo cristalino de los ojos que no encontraban ese hogar cuando los abrí— me he preparado tanto para ese sueño.

Aspiré para después ver la hora, toqué un botón y enseguida entró una asistente tomando mis cosas personales, vi levemente a André para luego retirarme.

Bajé del gran edificio por elevadores más protegidos que cualquier zona protegida en el mundo, de eso se trataba el poder: no imagen, no voz, no nada, el verdadero poder no se dejaba ver, porque entonces no sería poder, sino ostentación en un circo humano. El verdadero poder únicamente se poseía.

Subí al vehículo con dirección al hogar.

Era irónico, mayormente los seres humanos. Un solo mundo y tantos mundos; todos los mundos conscientes de los otros, pero sin saber lo que era vivir realmente en ellos, en otros que no fueran los suyos.

Si, a veces arriba, a veces abajo, eso decían. Esperanza, sueños, motivos o todo lo contrario, desilusión, pesadillas, desmotivación; un juego más de los linajes, pues para ellos tal cosa no existía, mientras tanto dentro de ese juego los jugadores hacían funcionar esos mundos sin darse cuenta o ignorándolo, ¿por qué como se cambiaría o haría algo al respecto si no existe?.

Claro, era más fácil adaptarse y estar en ciertos mundos que en otros, incluso yo misma no había estado en todos, pero si en los necesarios para ser jugadora y dueña del juego.

Torturas colectivas y museos de mentes... un arte de juego adictivo, sublime y exquisito.

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