2: ¿Donde Estoy?

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-Joder.. ¿Dónde estoy? -pensé.

-esto tiene que ser una puta broma. -murmure.

Todo el lugar es inmenso, hay decoraciones por todos lados y estas se ven tan vintage, me recuerda a mi casa, pero no debo acostumbrarme a esto ya que no estaré aquí por mucho tiempo, tiene que haber una salida.

Por esa puerta claramente no saldré, talvez si salgo por laven taña pueda ver el lugar así tenga mas posibilidades, debo y necesito volver, no puedo estar jugando a esto.

En cuanto me estaba por levantar, había alguien detrás de esa puerta y estaba apunto de ingresar.

-mierda.. me han escuchado y me van a lastimar.

-Hola, buen día, señorita -entró una señora algo corpulenta-. Aquí le traigo su comida y sus pastillas -concluyó con un tono muy amable.

-¿Pastillas? Yo no las necesito. ¿Dónde estoy? -Veo que estoy desnuda y decido no moverme-. Debo salir de aquí, por favor, ayúdame.

-Sí, la señorita Antava me pidió que se las entregara. Por el momento no puedo decirle mucho, pero aquí está a salvo y segura.

-No voy a tomarme esas pastillas. No tengo hambre. Quiero irme de aquí... Por favor, ayúdame -le intenté suplicar, pero sin éxito.

-Por favor, señorita, no me ponga en una situación en la que no debo estar -dejó la bandeja sobre la cama-. Solo coma su comida. En este ropero tiene algo de ropa. Debo irme, tengo otras cosas que hacer -comenzó a caminar hacia la puerta.

Cuando vi que la mujer abría la puerta, me levanté de la cama lo más rápido que pude. No me importó estar desnuda; solo quería salir de allí. Pero ella cerró la puerta de golpe en mi cara, dejándola a medio abrir.

Estoy tan frustrada, tan nerviosa y al borde de un ataque de nervios. Odio tanto a Mike que, en cuanto logre escapar de este maldito lugar y regrese a mi casa, él será el primero en pagar por esto.

No quiero comer ni tomarme esas malditas pastillas que ni siquiera sé para qué sirven. Necesito salir de aquí, pero no sé qué hacer. Solo estoy parada en medio de esta habitación que no es mía, y nunca lo será.

¡Aghh, te odio, Mike! -grité con todas mis fuerzas.

No puedo soportarlo más. Voy a destruir todo este maldito lugar. Lo odio. Se supone que debería estar en mi casa o en la empresa. No sé ni qué hora es. Me van a volver loca. Pero tal vez, si empiezo a destruir todo, alguien venga y pueda intentar escapar.

En ese momento, cuando estaba a punto de tirar todo, escuché pasos pesados acercándose. Me dio miedo, así que corrí de vuelta a la cama, me senté abrazándome las rodillas y, cuando comencé a escuchar la llave girar en la cerradura, cerré los ojos con fuerza.

-Bueno, Jennie -dijo, entrando y cerrando la puerta-. Me han dicho que no quieres comer. Debes hacerlo.

-Esa voz.. me suena familiar..

-No tengo hambre. No voy a comer. Quiero salir de aquí -le respondí con firmeza.

-Joder... esa mujer es la misma del ascensor. Estoy jodida.-Linda, si no comes, te vas a enfermar. Por favor, no juegues con mi paciencia. Aún no puedes salir -se acercó a mí-. Si haces las cosas bien, tal vez más adelante te deje salir.

-Prefiero enfermarme y morir -miré la comida con desdén-. No voy a comer hasta que no salga de aquí. Tú no me mandas -la miré con mala gana.

-Bien, si no quieres comer, no lo hagas. Pero con esa actitud solo lograrás seguir encerrada aquí -se levantó-. Así que sé una buena chica y come la comida antes de que se enfríe. Por cierto, en ese ropero dejé ropa para ti, así no te quedas en la cama desnuda bajo esas sábanas.

Antava (JenLisa GiP, +18)(SIN EDITAR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora