Capítulo 21:

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Izaro sonrió al leer el mensaje de Bree de que asistiría a la boda, la idea emocionaba a la morena y sus compañeros como el resto de los Cullen tenían curiosidad por conocer a la adolescente.

La mujer levantó la mirada con una mueca en su rostro al escuchar como unos tacones chirriaban provenientes del patio donde Bella estaba practicando y la familia ayudaba a organizar bajo las órdenes de Alice.

Los ojos dorados de Izaro se posaron en Edward en el balcón mirando a la lejanía. La morena rodó los ojos cariñosamente al ver su rostro melancólico que lo caracterizaba. Izaro se levantó del sofá y caminó hacia su esposo, abrazándolo desde atrás y apoyando su barbilla en su hombro.

—Estas pensando muy fuerte— bromeó Izaro. Edward sonrió levemente y miró a su compañera a su lado.

—No sé cómo se lo tomará Bella— comentó Edward.

—¿Sobre? — preguntó curiosa Izaro.

—Cuando le cuente como fueron mis días en que me revele a Carlisle— comentó Edward.

Izaro resopló —Si no piensa mal de mi por mi venganza, no lo hará de ti. Matabas criminales y eso te llevó hacia mi—

Edward sonrió —Por eso no me arrepiento, solo que no sé lo que pensará Bella—

Izaro soltó a su compañero y se apoyó en la barandilla mirándolo con una sonrisa —¿Quieres apostar? —

—¡No lo hagas! — gritó Emmett.

Ambos miraron hacia abajo hacia el patio, donde Emmett sostenía un tronco de gran tamaño en sus manos.

—¡Ella hace trampa! ¡De alguna manera siempre gana! — dijo Emmett sonriendo pícaramente.

Izaro sonrió —Que seas malo, no es mi culpa—

—Ven aquí y dímelo a la cara— contestó Emmett con un brillo juguetón en su rostro. En ese momento, Alice tuvo una pequeña visión.

—Con mucho gusto— contestó Izaro, pero Edward la rodeó con sus brazos por la cintura impidiéndolo.

—No es una buena idea, cariño— dijo Edward sonriendo y mirando a Alice, quién parecía horrorizada.

—¡No se atrevan! ¡ustedes dos arruinaran todo! — gritó indignada Alice. Bella al lado del duendecillo miró sorprendida el arrebato de la usual feliz Alice.

Emmett rápidamente siguió con su trabajo e Izaro le sonrió apenada a Alice, quién resopló y miró a Bella y luego a los tacones.

—Solo tienes que ablandarlos— dijo Alice.

—Los he estado ablandando, por tres días— contestó Bella —¿Puedo ir descalza? —

—No, absolutamente no— contestó sin dudar Alice.

—Pienso que es demasiado ¿no? El traje, los tacones, todo esto— comentó Bella, justo cuando Carlisle y Jasper llegaron con bancos hechos con tronco en sus hombros.

—No, es justo lo necesario— dijo Alice —La boda será perfecta— Bella suspiró y se cambió de calzado. —Vete a casa y duerme bien, es una orden— dijo Alice sonriendo y luego abrazando a su amiga.

El duendecillo hizo una pausa y miró a Izaro con los ojos entrecerrados. La morena sonrió divertida.

—Ve con Bella— ordenó Alice —Las quiero a las dos aquí, mañana temprano—

Izaro asintió y besó la mejilla de Edward, antes de saltar del balcón aterrizando sin problemas en el suelo. La vampira caminó hacia el lado de Bella y tomó su mano suavemente entrelazando sus dedos.

La compañera de Edward y BellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora