La compañera de Edward y Bella

Capítulo 16:

La mano de la morena agarró una piedra que fue arrojada en su dirección, se acomodó más contra la rama en la que estaba sentada y miró hacia abajo para encontrar a Bree sonriéndole.

—Te estas volviendo más atrevida— comentó Izaro a la vez que levantaba una ceja para mirar a la joven.

—Bueno, llevamos entrenando durante un mes— contestó Bree sonriendo, luego inclinó la cabeza considerando sus palabras —Aunque siento que ya puedo confiar completamente en ti, ¿sabes por qué? —

—No— contestó Izaro —Pero me siento igual—

—¡Chicas! — gritó Jodelle desde la casa.

Ambas se miraron, antes de que la vampira bajara sin problemas de la rama y luego las dos entraran en la sala de estar para encontrar a la mujer mayor mirando la televisión, donde se mostraba los desastres y desapariciones en Seattle.

—¿Crees que sean más de ellos? — preguntó Jodelle con preocupación.

El ceño fruncido de Izaro aumentó por la alternativa que estén cerca de su familia. —Espero que no—

—¿Qué pasa? — preguntó Bree.

—Mi familia está cerca de Seattle— contestó Izaro —Pero si aún no han contactado conmigo, es porque lo deben tener controlado—

—Prometo terminar cuanto antes el mapa— dijo Bree con seriedad. Izaro miró a la joven y asintió con la cabeza.

A pesar de que haber destruido el lugar y con ella la posibilidad de saber la localización del resto de laboratorios, la adolescente recordó zonas de los mapas, ya que los vio un mientras experimentaron con ella, en los momentos que estaba lúcida y en su jaula.

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Se acordó que los Cullen y los lobos pelearían juntos contra los neófitos. Edward fue a buscar a Bella a su casa con el Jeep de Emmett para que ella presenciara el entrenamiento.

Ambos salen del auto cuando llegan al lugar acordado, donde el resto de los Cullen esperaban a los lobos. El lector de mentes nota un pequeño lobo tallado en madera atado en la muñeca de Isabella.

—Regalo de graduación— dijo Bella mirando a Edward, el chico asintió no muy convencido.

En eso, los lobos salieron de entre los arboles con Sam en el frente, el lobo negro firme.

—No tienen la confianza para mostrarse en forma humana— comentó Edward.

—Vinieron, es lo que importa— contestó Carlisle —¿Puedes traducir? — preguntó el hombre mirando a su hijo, quién asintió con la cabeza. El rubio caminó con calma para posicionarse enfrente de su aquelarre y los lobos —Bienvenidos, Jasper tiene experiencia con neófitos, nos dirá como vencerlos—

—Quieren saber porque son diferentes los neófitos— dijo Edward leyendo la mente de Sam.

—Son muchos más fuertes que nosotros porque aún hay sangre humana en sus tejidos, los nuestros siempre serán más poderosos en los primeros meses de vida—

El médico da unos pasos hacia atrás hacia su compañera, para que Jasper ahora liderará la conversación y el entrenamiento. —Carlisle tiene razón. Por eso son creados, un ejército de neófitos no necesita tantos como un humano. Y no hay ejercito humano que pueda contra ellos— dijo Jasper con seriedad —Las dos cosas más importantes para recordar son, primero no permitan que los rodeen con sus brazos los aplastarán, segundo no vayan a intentar las maniobras conocidas, las estarán esperando y ustedes perderán—

Más tarde, esa noche.

Isabella se despertó de una pesadilla jadeando en su cama. Edward miro a su compañera. —¿Qué ocurre? —

—El intruso... El ejército de neófitos son sus marionetas, Victoria— dijo Bella.

—Alice, habría visto que quería formar un ejército— contestó Edward.

—No si ella está en las sombras y deja que alguien más decida—

Edward frunce el ceño y se quedó pensativo durante unos momentos —Quería darle más tiempo, pero la situación lo necesita— dijo el lector de mentes.

—¿Qué quieres decir? — preguntó Bella enderezándose un poco de la cama.

—Necesitamos a Izaro— dijo Edward.

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Izaro miró el techo perdida en sus pensamientos, ella estaba sentada en el sofá de la casa Tanner, Jodelle se acercó y miró a la mujer.

—¿Estas bien? — preguntó Jodelle.

—Una de las personas que más amo, acaba de graduarse hace poco y no estuve presente— dijo Izaro con pesar.

Jodelle miró a Izaro —Bueno, cuando regreses podrás felicitar a esa persona y compensar el tiempo que no pudiste estar—

La vampira sonrió levemente y miró a la mujer —Solo espero que esto termine de una vez y poder vivir en paz— Jodelle le sonrió y en ese momento la morena notó lo pálida que estaba la mujer. —Tu— intentó Izaro.

—Por ahora estoy bien— interrumpió Jodelle.

La mujer humana miró a Izaro por unos momentos dudando en decir algo, la morena pacientemente esperó que la mujer se decidiera a hablar.

—Se que haz hecho mucho por mi y por Bree, pero me gustaría pedirte algo más en caso de que... mi cáncer empeore—

Izaro frunció el ceño y miró a la mujer con atención.

—Bree no tendrá a nadie, y tú te llevas muy bien con ella y se nota que Bree te quiere— dijo sonriendo levemente Jodelle —Si me pasa algo, por favor— la mujer se arrodilla frente a Izaro poniendo tensa a la morena por lo que estaba ocurriendo. —Si no es contigo, encuéntrele una familia—

Izaro se quedó callada durante unos segundos, la sensación de dejar a Bree con otras personas a su cuidado y como es su situación además de los sentimientos que tiene por la niña, casi la hace gruñir, pero se contuvo. —Lo prometo—

Jodelle comenzó a llorar y abrazó a Izaro, la vampira se tensó, pero con cautela le regresó el gesto a la mujer.

En eso, el celular de Izaro sonó y la morena reconoció el tono de llamada enseguida. Una sonrisa involuntaria se formó en su rostro, pero rápidamente se esfumó sabiendo que si la llamaban era porque necesitaban que vuelva.

Izaro alejó suavemente a la mujer y agarró su celular. —Cariño—saludó Izaro por teléfono a Edward.