Un Propósito Antes De Morir. [PRÓXIMAMENTE]

01 | Gerbera.

Capítulo 01 | Gerbera.

Amaia.
12 de febrero del 2021.
Madrid, España.

Los rayos del sol me ciegan al bajar del avión, después de once horas de vuelo el sol parece estar más brillante. ¿Siempre fue así?

El caluroso clima de Madrid me abraza a penas pongo un pie en la pista de aterrizaje.

Y estoy de vuelta.

Después de ocho meses evitando a toda costa, pisar Madrid, me vi obligada a volver.

Créanme si conocieran a mi familia, lo último que quisieran es pisar Madrid, donde ellos prácticamente controlan gran parte de la ciudad.

Espero a que llegue mi auto. Que es aproximadamente en unos dos minutos después de que me bajo del avión.

Una sonrisa se posa en mis labios al ver mi deportivo descapotable color rojo brillante llegar.

Un hombre de seguridad, me abre la puerta de mi auto apenas me ve acercarme.

—Bienvenida señorita Capell, espero que el vuelo halla sido de su agrado.

—El vuelo estuvo bien. Gracias.

Me monto en mi McLaren. Que siendo franca extrañaba conducir.

Prendo el motor y puedo sentir de nuevo esa adrenalina, esa energía. Que en los últimos dos meses no fui capaz de sentir.

Piso el pedal tan fuerte que aceleró a una velocidad muy alta. Escucho los gritos de los de seguridad apenas arranco.

—¡SEÑORITA TENGA CUIDADO!

Unos minutos después cuando estoy en la carretera sola. Decido pisar más el acelerador, siento el aire en mi cara, la adrenalina, ese sentimiento cuando todo parece estar bien, cuando solo eres tú contra el mundo.

Un grito agudo sale de mi garganta al ver la fuerza con la que el auto sale disparado en una cuesta.

Al adentrarme en la ciudad, me veo obligada a disminuir la velocidad. A una cantidad adecuada.

Aunque ya no voy tan rápido como antes aún siento esa felicidad en el pecho.

Pero toda esa alegría acaba cuando recibo una llamada de mi padre.

Decido atender por qué créanme Julián Capell enojado no es algo bonito de ver.

—Aló.

—Amaia, ¿donde vienes?

—Apenas estoy cruzando el centro de la ciudad.

—Date prisa. Tenemos que hablar.

Apenas soy capaz de responderle, mi mandíbula esta contraída, al pensar que mi padre ya sabe la verdad.

—Si claro. ¿De que quieres hablar con exactitud?

—De lo que dirás acerca de tu regreso.

Okey no era lo que pensaba. Pero sin duda es mejor.

—Por supuesto. Solo que quería visitar un lugar antes.