ৎ୭ 017. Sleep walk

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Quizá nunca llegue a ser feliz,
pero esta noche estoy contenta.
-Sylvia Plath

❞ -Sylvia Plath

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El suave aleteo del viento acariciaba las mejillas de Priscilla, tintando su piel con un rubor rosado

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El suave aleteo del viento acariciaba las mejillas de Priscilla, tintando su piel con un rubor rosado.
Estaba sentada en una banca de madera, en el corazón del Bryant Park en Manhattan.

El parque estaba lleno de vida y actividad, con personas pasando por todas partes, mientras que los sonidos de risas y conversaciones llenaban el aire.
Las hojas de los árboles susurraban suavemente y oscilaban en la brisa, mientras que los sauces se balanceaban y arrojaban su sombra sobre ella.

-¿Está ocupado este asiento?- preguntó una voz familiar, que interrumpió la concentración de la castaña.

Un escalofrío de reconocimiento recorrió su columna, ya que reconoció la voz al instante.

- No, no, adelante- respondió Cilla, su voz apenas un susurro. Cuando miró a la persona y sus ojos se cristalizaron por la sorpresa, soltó un suspiro ahogado, - P-Papá...- alcanzó a decir entrecortadamente antes de que un sollozo se escapara de sus labios.

Sus ojos se llenaron de lágrimas que caían libremente mientras la emoción la desbordaba.
Incapaz de creer lo que estaba viendo, se llevó una mano a la boca en señal de incredulidad.

-Hija...- sonrió su padre con ternura.

Emmanuel se veía exactamente como la última vez que su hija lo vio, aparentemente sin haber cambiado en nada con el paso del tiempo.

Priscilla lo miró con asombro, como si estuviera viendo a un espectro del pasado que se hubiese materializado frente a ella. Era imposible que eso fuera real, sin embargo, ahí estaba él, su padre, tan "real" como ella misma.

Cilla se arrojó a los brazos de su padre, aferrándose a él como si estuviera segura de que si lo soltaba desaparecería nuevamente.
Inhaló profundamente y reconoció el olor familiar de su colonia que siempre lo acompañaba.

- Te extrañé mucho...- dijo ella entre sollozos, las lágrimas corriéndole por las mejillas. - Por favor, no te vayas nunca más...

- Yo nunca me fui cielito...- le aclaro su padre, acariciándole suavemente la cabeza, - Siempre estuve ahí contigo...

LUCKY ONES, spencer reidDonde viven las historias. Descúbrelo ahora