Capítulo 5: Me Veo Ridícula

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Sabiendo que al día siguiente era la celebración de cumpleaños de mi amiga y que aun no me había parado a mirar los vestidos del gran vestidor fui directa a mi habitación a pesar de que mi cabeza estaba en otros asuntos.

Al acercarme al vestidor no pude evitar gritar horrorizada, toda mi ropa estaba en el suelo, rasgada y rota como si una bestia hubiera devorado cada prenda hasta hartarse de ella.

¡No!! ¡Joder!! – Me llevé las manos a la cabeza y me arrodillé para tomar aquellas prendas

Escuché pasos apresurados y luego varias voces hablando.

Ahora... Creo que ya no tienes excusa para no usar los vestidos de mi esposo – Habló Clarise con una sonrisa maliciosa

Mamá por favor, no es el momento – Le regaña Stefan y se acerca a mi

Cariño, lo sentimos... Debió... Ser un accidente – Hablaron Stefan y Emma a la vez

Ya... Un accidente

Me giro y me levanto molesta para ver a Clarise, no podría enfrentarla frente a todos.

No importa... Aun tengo los vestidos que Robert me dió... Podré comprarme ropa nueva al volver a Londres – Suspiro y niego mientras muerdo mi labio

Lo sentimos pequeña

Arrepentidos los padres de mi amiga se retiran de la habitación, ya solo quedamos aquella mujer y sus dos nietos.

Salgan de mi habitación... Los tres. En especial vosotros – Veo con rabia a Declan y Clarise, el tercero se marchó como si no le interesara nada y solo se hubiese acercado porque le pillaba de camino

Eso te pasa por andar fuera de lugar mocosa, no es nuestra culpa – Habla Declan y se acerca a mí con aire dominante, pero esta vez no me acobardaba

Te dije que te largues de mi habitación – Gruñi suave y me acerqué a él, algo que sin duda por su expresión le pilló de imprevisto

Me acerqué aún más desafiando con la mirada, él retrocedió suavemente y vió a su abuela con confusión para luego examinarme.

Será mejor que te comportes, o no te quedarán ni los trapos que usan las sirvientas para vestir y el pequeño espacio que tomaste como tu habitación se verá igual de dañado que tu ropa – Habla con brusquedad mientras se pone frente a mi

No le temo, ni a usted, ni a su nieto. Primero trata de atormentarme con los gritos y susurros de la madrugada, luego me atacó en la cocina por mi vestimenta y ahora me obliga a vestir como sus estúpidas costumbres. Ya sé que no le agrado. Usted a mí tampoco – Con rabia me giro y empiezo a guardar la ropa rota y despedazada en la maleta

Esta niña está loca... Nadie te atormentó por la noche, tengo cosas más importantes – Gruñe con rabia y me hace verla

Suélteme, no tiene derecho a tocarme – Trato de alejarla

No vuelvas a mentir sobre escuchar algo en las noches, estúpida niña... – Me suelta bruscamente y sale de mi habitación

La odio – Murmuro suavemente para luego bufar

Sentí una mirada sobre mi persona y no pude evitar girarme para ver a Declan aún quieto y casi paralizado observandome. Le vi confundida, casi parecía haber visto un fantasma.

Hazme el favor y lárgate, ya me harté de vuestras burlas

Le ignoré y seguí limpiando y tras largo rato cuando aún sentía su mirada me giré pero ya no estaba. Me había quedado sola pero con el peso de sus ojos sobre mí, algo que atormentaba un poco mi mente. Era extraño sentir miradas y que no hubiera nadie. Pero en este maldito castillo ¿qué era normal?

Alguien llamó a mi puerta tras unas horas, Kristin y sus padres esperaban con una caja algo grande y sonrisas tristes.

¿Qué es esto? – Les veo confundida y mi amiga sonriendo pasa dentro de la habitación

No eres de la familia oficialmente pero... Para mí eres como una hermana, y escuché lo que le pasó a tu ropa – Mientras hablaba su padre se acercaba a mi cama y dejaba la caja sobre esta

Nos arrepentimos de que tus objetos personales sufrieran daños, y no sabíamos como reponerlo – Habla Emma y se acerca a su hija poniendo la mano sobre su hombro

En pocas semanas es tu cumpleaños, y hemos decidido que mañana tu y Kristin celebren juntas su cumpleaños, en Londres siempre la invitabas y le cedías tu puesto para que ella soplara las velas junto a ti – Stefan habla con algo de seriedad

Pero yo no pue... – No me dejaron acabar la frase

Quiero que formes parte de esto, aunque la abuela se oponga el abuelo está muy seguro de que deberíamos aprovecharlo. Mañana la luna llena nos brindará su luz a ambas – Kristín parecía tan segura y confiada a la par que alegre que no pude evitar abrazarla con cariño

Seguiré siendo la menor igualmente – Digo con un puchero que la hace reir

Siempre serás la más pequeña de todos boba – Sonrie y besa mi mejilla

Venga, deberías probarte esto... Kristin vamos a ayudarla – Emma se acerca y camina hacia el vestidor con la caja

Esperaré aquí para ver el resultado – Dijo Stefan alegre y se sentó en la cama

Fui junto a Kristin y Emma al vestidor y allí me explicaron un poco la manera más sencilla de vestirme para que no necesitara siempre ayuda.

Tras largos minutos ambas salieron y yo me admiré tímida en los espejos.

El vestido era negro, largo sin mangas, de torso ceñido y parte de piernas voluminoso.

En la parte que hacía de corset era de encaje y con decoraciones de plumas completamente negras. Tenía gran escote y en la zona de las piernas tenía un corte en cada lateral.

Era a partes iguales hermoso y sexy.

No se si debo salir... Yo.. No se si esto es para mi – La voz me temblaba por los nervios

Venga boba ya te vimos mamá y yo, estas jodidamente hermosa

Escuché un regaño por parte de Emma que me hizo reir y despacio salí mirando al suelo.

¿Cómo me queda? Siento que me veo ridicula...

Tonterias, estas hermosa jovencita – Dice Stefan muy seguro

Si no fuera por el cabello rojizo podrías ser de los nuestros – Rie suave Emma y Kristin se acerca para hacerme dar una vuelta

Mañana vamos a dejar a todos alucinados

Me sonrojo suavemente y tras unos minutos de charla vuelvo al vestuario para quitarme el vestido aunque me encontré con un polizón.

Shadow. ¿Vienes para arañarme de nuevo gatito malo? – Rio suave y me agacho para ver al animalillo

Miau

Se acercó a mí y sin pensarselo mucho saltó a mis brazos y lamió suave donde me arañó, como si se arrepintiera.

Tranquilo, estoy segura que te asustaste por esa bruja y no te diste ni cuenta – Rio y acaricio al pequeño para dejarlo sobre la banqueta y empezar a desnudarme lentamente y con cuidado de no estropear el vestido

Tras cambiarme me acosté en la cama junto al pequeño gatito y me puse a leer hasta la hora de la comida cuando tuve que dejar al pequeño descansar y así bajar a comer junto a toda la familia. Aunque ahora el ambiente era muy tenso entre todos los familiares, como si se hubieran peleado. Lo que estaba claro que no cambiaba eran las miradas de odio de Declan y Clarise. Aunque tras lo que pasó en mi habitación creí que por fin el primero me dejaría tranquila. Pero no. Al perecer solo tuvo un lapsus en su enorme cabeza de idiota y ya regresó a la normalidad. 

Invierno Eterno: El Reino HeladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora