Peter me llevó a pasear por el pueblo y tras horas caminando nos encontrábamos en un pequeño lago, los alrededores estaban nevados pero el agua no parecía congelada.
– Bienvenida a mi lugar secreto –
Se separa de mí con suavidad permitiendome ver y disfrutar de la hermosura de aquellos campos, aquellas explanadas de flores, árboles y nieve. Sin duda iba a disfrutar de este lugar todo lo que me fuera posible.
– Esto es... Perfecto. Es el lugar ideal para sentarse a leer –
Digo emocionada y camino hasta acercarme a la orilla del lago. El agua era completamente cristalina. Los rayos de sol se reflejaban en el agua creando efectos visuales de brillos y destellos casi fantasiosos. Admiré el agua que a pesar de poder estar helada era el hábitat ideal para pequeños peces de colores. Peces que cuando nadaban con más velocidad de lo normal eran capaces de crear pequeñas olas que solo hacían lucir más el agua.
– Bueno.. Yo pensaba algo como... Esto –
Sin dejarme responder Peter se acerca a mí corriendo, carga mi pequeño cuerpo en sus brazos y sin meditarlo dos veces empieza a entrar en el lago conmigo en sus brazos.
– ¡Ey! ¡No! ¡Para! ¡El agua debe estar helada! – Grito entre risas mientras trato de bajar de sus brazos
– Si no paras vas a caerte, solo confía en mí – Ríe suave y me aferra a su cuerpo
Iba a volver a hablar, a negarme a sus juegos, negarme a que siguieramos entrando en el lago. Pero cuando quise darme cuenta estábamos completamente sumergidos. Abrí mis ojos y le ví cerca de mi rostro. Agarraba mi cuerpo y no podía sentir más que su calidez.... El entorno era helado pero su cuerpo no me permitía sentir nada de frío.
Tras unos minutos salimos a la superficie. Su cabello caía suavemente por el agua, la camisa se le había pegado al cuerpo y ahora más que antes podía notar lo musculado que estaba su cuerpo.
No pude evitar echarle una ojeada antes de sentirme avergonzada por mi atrevimiento.
– Perdona – Sonrojada aparté la mirada y me alejé suavemente de él
Al instante de poner el agua de por medio entre ambos mi cuerpo empezó a temblar. No sabía cuánto podría aguantar allí dentro. Pero os doy una pista... Muy poco.
– Oye, no te preocupes... Anda acércate de nuevo.. No eres de la zona, no estas acostumbrada a este frío –
Se acerca a mi y rodeando mi cintura con sus brazos me pega a él. Subió una de sus manos con total lentitud y despacio acomodó mi cabello tras la oreja. Sentía como su mirada estaba fija en mi rostro. Parecía estudiar mis facciones, debatirse entre sí le parecía guapa, o una chica cualquiera.
Me estremecí cuando me pegó más a él y pude notar en mi pecho las pulsaciones de su corazón. Era un pulso tan fuerte como lento. Acercó su rostro al mío y entre abrió sus labios. ¿Esto era lo que se conocía como el paso antes de besar?
Cuando sentí que quería acercarse todavía más puse mis manos en su pecho y lo detuve. Debía detenerlo antes de que me besara y ya no hubiera vuelta atrás.
– Creo que es demasiado pronto, nos conocimos hace unas horas... Y si, nos complementamos, eres atractivo y.. Todo lo que quieras pero.. Necesito estar segura antes de dar... Mi primer beso –
Hablé con timidez, mis mejillas tomaron un color completamente rojizo y mi respiración se entrecortó. Agaché mi mirada por la enorme vergüenza que llegué a sentir. Acababa de rechazar a un posible partidazo.
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Invierno Eterno: El Reino Helado
FantasyLara, es una chica cuyos padres viajan constantemente por trabajo. Esta vez el viaje será mucho más largo y al ser menor de edad deberá vivir junto a sus vecinos. Lo que ella no sabe es que esta vez no se quedaran en la casa que esta justo al otro...