Capítulo 1: El Viaje

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Hacía pocos días que mis padres me habían avisado de un nuevo viaje de negocios, aunque esta vez era algo más extenso, al menos 4 meses. Y como siempre debía irme junto a mis vecinos. Vivían cruzando la calle y eran grandes amigos de mis padres, aparte tenían tres hijos, Kristin, Varick y Declan.

Con los dos chicos apenas hablaba, pero con Kristin desde que teníamos 5 años nos hicimos mejores amigas. Lo bueno de tener la misma edad y ser muy similares supongo.

Me encontraba preparando una maleta con algo de ropa de abrigo básica y algo más arreglada. Estábamos a principios de diciembre y cada vez hacía más frío, tanto que empezaba a hacerse insoportable.

¡¡Lara!! ¡Venga cariño! ¡¡Tenemos que irnos!! – Gritó mi madre sacándome de mis pensamientos.

¡¡Ya voy mamá!! – Trate de darme prisa y tras ponerme las deportivas bajé con la maleta por las escaleras

Mis padres esperaban en la puerta junto a sus maletas, casi parecía que nos íbamos a ir todos juntos de vacaciones. Me quedé unos segundos observándoles y sin poder contenerme me acerqué para abrazarlos. Era muy cercana a ellos y cada que nos distanciábamos sentía un pequeño vacío en mi pecho que me entristecía.

Cariño tranquila... Ya verás que el tiempo se pasa rápido.... Más esta vez que irás de viaje junto a los Müller

Habló mi madre con suavidad y cariño aunque al escuchar lo último de su frase me separé confundida. No recordaba que me hubieran dicho que yo debía irme de viaje también.

¿Cómo? ¿De viaje a donde? No me contaron nada – Vi a mi madre y a mi padre turnando entre ambos con nerviosismo

Cariño... Te dijimos que debías viajar a Alemania... Fue la única condición de los Müller, ellos deben regresar a su casa allí, al parecer deben celebrar el cumpleaños de Kristin. Va a cumplir 18 en muy poco...

Mi madre acaricia mi mejilla con suavidad mientras sonríe. Casi se me había olvidado que mi mejor amiga cumplía años y que yo tras unas semanas también, y esta vez no lo celebraría con mi familia.

La verdad es que se me olvidó...– Susurré y vi al suelo para luego tomar la maleta y salir de casa

No te preocupes hija, venga... Te llevamos con ellos vuestro vuelo sale en unas horas

Habla mi padre con suavidad mientras se acerca y guarda sus maletas en el coche. Tras eso me acompañan dando un pequeño paseo hacia la casa de nuestros vecinos y amigos. Al llamar a la puerta el hijo mayor de los Müller, Declan abrió la puerta.

Al ver a aquel chico alto de cabello grisáceo, piel pálida, ojos de un gris azulado y una altura de metro ochenta y muchos me sentí algo acobardada. Era serio y muy callado, tanto que ni nos saludó.

Kristin que bajaba su maleta por las escaleras al verme dejó caer aquel enorme maletón escaleras abajo sin importar si rayaba el suelo o si su propia maleta sufría daños.

¡¡Lara!!!! – Gritó emocionada aquella chica de cabello castaño y estatura de metro setenta al verme y casi que saltó desde la mitad de las escaleras hacia a mi haciéndome caer al suelo entre risas

¡Ey vas a matarme! – Grito entre risas mientras la abrazo

Si te matara yo me moriría después. Me alegra mucho que vengas con nosotros... Celebrar mi cumpleaños allí contigo va a ser increíble. Ya verás... Lo pasaremos genial – Habla emocionada y tras levantarse me ayuda a mi a también ponerme en pie

Será la primera vez que tome un avión.. estoy nerviosa – Digo con suavidad

Sentí una mirada llena de curiosidad e intensidad, y sin pensarlo mucho giré mi rostro hasta encontrarme con los ojos de Declan. Todos los Müller tenían el mismo color de ojos, pero sin duda la mirada más llamativa era la de aquel chico tan misterioso.

Tranquila nos pondremos a ver alguna película en el móvil – Dice Kristin logrando llamar mi atención de nuevo

Tras unos minutos mis padres se marcharon y me senté junto a mi amiga para hablar un poco. Estaba tan emocionada que no dejaba de hablarme de aquel pueblo donde vivían de pequeños y el que visitaban cada cierto tiempo. Aún me resultaba extraño que vivieran aquí en Londres si preferían su Alemania natal, pero no era quién para juzgar o meterme en su vida. Aparte de que amaba tener una mejor amiga.

Las horas pasaron con rapidez y en menos tiempo del que esperaba ya me encontraba en aquel asiento del avión junto a mi mejor amiga. Ella estaba en la zona de la ventana y yo en el medio mientras que el otro asiento estaba completamente vacío.

Los dos hermanos estaban detrás de nosotras y los padres se encontraban delante.

Todos estaban descansando y durmiendo casi al instante de subir, al parecer había horas de vuelo y prefirieron descansar. Algo que aunque intentaba yo no lograba conseguir.

Miré por la ventana y solo pude ver nubes, miles de nubes... Y no sabía si eso era bueno o malo. Comencé a moverme de un lado a otro sin lograr sentirme cómoda, mire a mi alrededor y con algo de ansiedad invadiendo mi cuerpo decidí levantarme para ir al baño aunque al sentir unas pequeñas turbulencias me tambaleé y tuve que agarrarme de unos asientos.

Deberías tener más cuidado mocosa, solo molestas – Dijo una voz profunda y seria, ronca y sexy... Aunque su dueño era el chico que sin motivo más me odiaba en todo el mundo. Declan Müller.

Perdón... – Hablé con suavidad y cierta timidez. Siempre que hablaba así me intimidaba y no era capaz de debatirle, y eso me frustraba enormemente pues de manera común yo podía llegar a tener carácter, pero con él era imposible mantener mi personalidad

Caminé hacia el baño y allí traté de refrescar mi nuca y rostro, aparte de tomarte una pastilla. Tal vez así el mareo desaparecía un poco. Tras largos minutos volví a mi asiento y me puse con el móvil a ver una película sobre ángeles, demonios y otros seres hasta quedar completamente dormida.

Como me quedé dormida de un momento a otro casi sin darme cuenta el móvil que estaba en mis manos cayó al suelo de manera brusca.

Dormí por unas horas y cuando estábamos por aterrizar sentí unas manos sobre mi cuerpo colocándome el cinturón de seguridad. Abrí mis ojos con suavidad aún estando adormilada y bajo los efectos de la pastilla.

¿Declan? – Susurré con lentitud creyendo que aquel chico tan odioso era el que estaba acomodandome

Traté de incorporarme pero sentía mi cabeza arder, tuve que llevarme la mano a mi frente y tras cerrar unos segundos mis ojos con bastante fuerza el chico ya no estaba.

Tal vez... Fue solo mi imaginación – Susurré y justo Kristin se despertó animada tanto que no dejaba de ver por la ventana y moverse inquieta

Al ver sus ojos brillar llenos de cariño y emoción me acerqué un poco a ella y vi por la ventanilla, esperaba ver nubes pero a diferencia de hacía horas... Frente a mis ojos ahora se extendían lagos, colinas, senderos y pequeños pueblos cubiertos de la blanca nieve, jamás había visto tanta de golpe y haciendo lucir cada rincón de aquel modo tan hermoso. 

Invierno Eterno: El Reino HeladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora