Capítulo 9: Wendigo

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Llevaba aproximadamente cinco minutos frente a aquella bestia. Parecía un ciervo pero su cráneo ahora era completamente cadavérico y sus ojos brillaban deseosos de muerte. Los grandes cuernos habían tomado un aspecto espeluznante al igual que su cuerpo desgarrado y con apariencia de putrefacción.

Pude examinar todo el animal y poco a poco escuchaba como el resto de los ciervos gritaban de aquel modo desgarrador imitando la voz humana, la voz de alguien que sufría mientras sus cuerpos dejaban la apariencia de un animal inofensivo y terminaban por convertirse en bestias hambrientas.

Uno a uno cambió y sentí mi cuerpo paralizarse. Aquello podía ser un sueño, esperaba que lo fuera. Pero lo más probable es que en ese momento mi vida acabara.

La bestia que se encontraba a mi espalda empezó a caminar encargándose personalmente de que escuchara cada pesado y lento paso que daba. Pude girar mi rostro a un lado notando como el laberinto desaparecía y solo quedaban árboles secos, muertos. Estaba en mitad del bosque. En lo más profundo de su oscuridad.

A lo lejos pude ver el castillo y como pequeñas luces se encendieron, alguien estaba caminando por los pasillos. Me imaginé a Kristin caminando por mi casa la primera noche que dormimos juntas. Una sonrisa de tristeza apareció en mi rostro. Miré el colgante en mi mano y me aferré a él.

Tras cerrar mis ojos sentí una mordida llena de brutalidad y desesperación en mi pierna, mordida que me arrebató un grito de dolor. Se me saltaron las lágrimas y traté de alejarme de la bestia que me mordía sin querer abrir los ojos, pero una nueva mordida, esta vez a mi costado me dejó inmovil y gritando de dolor.

A cada segundo más bestias se acercaban, cada una quería un pedazo de mi. Pasé eternos minutos gritando de dolor hasta que el mareo por la pérdida de sangre me hizo quedar inconsciente.

Empecé a despertar horas más tarde de lo sucedido creyendo que había sido un sueño pero en cuanto traté de incorporarme sentí dolor en diferentes partes de mi cuerpo.

Ah

Solté un suave quejido y cuando pude sentarme vi mi cuerpo. Tenía un fino camisón cubriéndome y podía notar en diferentes partes de mi cuerpo múltiples vendas.

Traté de levantarme justo cuando la puerta de mi habitación se abrió.

¡Lara! – Kristin con los ojos rojos y muy aguados corre hacia mi para abrazarme con fuerza

Ah.. Kristin, cuidado...

Rio suave y le devuelvo el abrazo con dificultad. En cuanto se separó pude notar que tenía el pijama y el cabello muy alborotado. Parecía que los nervios le habían pasado factura.

No fue un sueño.. ¿verdad? – Pregunté aun sin creerme lo que acababa de pasar

Mi mejor amiga negó y se limpió algunas lágrimas que empezaron a caer por sus mejillas. Verla así encogió mi pecho por lo que nuevamente la abracé.

Los padres, el hermano mediano y abuelos de Kristin aparecieron por la puerta, toda la familia menos Declan.

Cariño ¿cómo te sientes? – Me pregunta Emma preocupada

Algo dolorida, pero no es nada... tranquilos estoy bien – Sonrio débil y despacio con ayuda de mi amiga me siento en la cama

Lara, necesito que me cuentes con todos los detalles posibles que pasó. Hace décadas que no sucede algo así – Habla esta vez Robert, aunque no parecía mostrar su lado amable. Más bien estaba lleno de preocupación y seriedad

Bien

Pido a todos que se acomoden pues me sentía algo incómoda con todos allí alrededor de mi cama observandome. Cada uno tomó asiento menos Robert, mostrando la seriedad del asunto.

Narré todo lo acontecido mirando a cada uno de los integrantes de la familia y al acabar solo se escuchó una risa por parte de Clarise.

Solo miente, ella se hizo esas heridas, es absurda – Con molestia y desinterés en mi persona se aleja dejándonos al resto algo tensos

No tengo necesidad de mentir... Es absurdo – Digo algo frustrada

Tranquila, sabemos lo que pasó, Declan lo vio con sus ojos, sabemos que no mientes – Habla Stefan y se acerca suavemente a mí para acariciar mi mejilla

¿Declan?

La familia asiente pero no puedo preguntar nada más acerca de él ya que Robert vuelve a preguntarme

¿Escuchaste esos gritos antes? – Habla serio

Si, hace un par de noches, escuche algo fuera en el pasillo y tras caminar empezaron a oirse gritos y pasos constantes, como si alguna bestia se acercara a mi... Como las bestias que me atacaron – Digo suavemente

Wendigos – Dice suavemente Varick mientras se apoyaba en la pared

Mi expresión se tornó en un rostro lleno de confusión, esperaba que alguien me dijera que era aquella cosa pero nadie hablaba.

Vi a Robert quién estaba pensativo. Todos pensaban, y a mi había algo que no dejaba de rondarme la cabeza.

Esas bestias.. imagino que no advierten y te empujan mágicamente cuando se acercan para evitar que seas su presa.. ¿no? – Pregunto con lentitud y cierto miedo

¿Como? ¿Escuchaste voces que te advirtieron? – Robert me ve con los ojos más abiertos, sorprendido

Si... Yo, creí que era solo mi imaginación. La primera vez fue en los pasillos. Me dijeron que corriera y hasta me empujaron. Fuera lo que fuera... Lo que me empujó... Sentí que apartaban mi cuerpo o lo obligaban a moverse

¿La segunda? – Pregunta Kristin

Cuando salí del castillo pensando que era de día y hacía sol... Aquella voz me dijo que despertara... Y luego en el laberinto, me advirtieron que algo se acercaba. Que las bestias se acercaban

Debiste hacer caso – Dice Varick para marcharse

¡No suelo fiarme de voces que aparecen de la nada! – Grito para que escuche mostrando algo de molestia

Debes descansar. Dejémosla sola necesita recuperarse – Robert sale de la habitación y poco a poco el resto también

¡No, ey! ¡Tenéis que explicarme qué pasó! No podéis marcharos

Traté de levantarme y caminar a la puerta pero para cuando lo hice esta estaba cerrada. Traté de abrirla pero era imposible.

¡No podéis tratarme como un perro! ¡Casi muero! ¡Merezco saber qué le pasa a este maldito castillo!

Golpeo la puerta con insistencia pero nadie hablaba. No había nadie tras la dichosa puerta. Nadie en el pasillo. Me habían encerrado.

Frustrada golpee la puerta un par de veces con mis manos pero cansada y dolorida tuve que detenerme y sentarme en el suelo.

Vi la habitación y suspiré con suavidad y traté de repetir la conversación en mi mente.

¿Declan fue el que me salvó? Según comentaron él lo vio todo... No hablaron de nadie más. Pero sin embargo.. Él no había venido a verme. Hasta su maldita abuela vino para burlarse de mí. ¿Por qué él no había venido? Creí que por el odio que me tenía sin motivo. Pero ahora ya no sabía qué creer. Me odiaba y ahora me salvaba? – Pensé

Otra opción es que él te metiera en ese lío... Que el guiara a las bestias hasta ti y solo desea tu muerte. Te detesta. No te salvaría – Habla mi subconsciente

Él me odia... Pero no es un asesino... No puede serlo. ¿No? – Me repetí

Ya no sabía qué pensar. Necesitaba olvidarme de todo. Casi era mejor morir que ahora tener mil cuestiones en la cabeza. En especial... La pregunta de si mi estupido vecino me trató de matar o no. 

Invierno Eterno: El Reino HeladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora