So High School - Sim Jake

05

Confesiones
Spring Day - BTS

Era un día soleado en Decelis Academy, y los estudiantes disfrutaban de su tiempo libre. Jangmi había decidido dar un paseo por el campus, tratando de despejar su mente de las emociones confusas que la asediaban desde la mañana. Mientras caminaba, se encontró con Ningning, quien estaba sentada en un banco del jardín, luciendo sorprendentemente amigable.

—¡Jangmi! —la llamó Ningning con una sonrisa radiante— Ven, siéntate conmigo un momento.

Jangmi dudó, pero finalmente se acercó y se sentó junto a ella. A pesar de su rivalidad, decidió darle una oportunidad a la conversación.

—Hola, Ningning. ¿Cómo estás? —preguntó Jangmi, tratando de sonar casual.

Ningning inclinó la cabeza ligeramente, como si estuviera considerando algo importante antes de responder.

—Estoy bien, gracias. En realidad, quería hablar contigo sobre algo. —dijo, mirando a Jangmi con una expresión de preocupación— Es sobre Jake.

El corazón de Jangmi dio un vuelco al escuchar el nombre de Jake. Se esforzó por mantener una expresión neutral mientras esperaba que Ningning continuara.

—¿Qué pasa con Jake? —preguntó, tratando de sonar indiferente.

Ningning bajó la mirada por un momento antes de hablar.

—Sé que han estado pasando tiempo juntos y quería advertirte. —dijo suavemente— Jake y yo... tuvimos algo hace no mucho tiempo. Fue una aventura, nada serio, pero quería que lo supieras.

Las palabras de Ningning cayeron como un peso en el corazón de Jangmi. Aunque trató de mantener la compostura, no pudo evitar sentir una punzada de dolor.

—¿En serio? —dijo, su voz temblando ligeramente— ¿Están todavía...?

Ningning negó con la cabeza, sonriendo de manera reconfortante.

—No, no ahora. Pero pensé que merecías saberlo, por si te estaba dando esperanzas falsas. —dijo, con un tono que parecía sincero.

Jangmi asintió lentamente, sintiendo una mezcla de dolor y confusión. Se levantó del banco, incapaz de soportar más la conversación.

—Gracias por decírmelo. —dijo, con una voz apenas audible antes de alejarse apresuradamente.

Sin rumbo fijo, Jangmi terminó en su lugar secreto: un pequeño jardín escondido detrás de la biblioteca. Allí solía ir cuando necesitaba estar sola. Se sentó en el césped, abrazando sus rodillas. Todo lo que Ningning había dicho resonaba en su mente, y no podía evitar sentirse traicionada y usada.

En ese momento, oyó pasos acercándose. Levantó la vista y vio a Jay, su amigo de toda la vida, acercándose con una expresión preocupada.

—Jangmi, ¿estás bien? —preguntó, arrodillándose a su lado.

Ella negó con la cabeza, sin poder ocultar su dolor.

—No, Jay. —susurró— No estoy bien.

Jay no pidió más explicaciones. En lugar de eso, se sentó junto an ella y la abrazó suavemente, permitiéndole recargarse en su hombro. Después de un rato, Jangmi se calmó un poco y Jay se apartó para mirarla a los ojos.

—¿Te gustaría salir de aquí por un rato? —sugirió— Podemos pasar el día juntos, solo tú y yo. Sin preocupaciones, sin problemas.

Jangmi asintió, agradecida por su oferta.

—Sí, me gustaría eso. —respondió.

Jay sonrió y se levantó, ayudándola a ponerse de pie.

—Vamos, conozco un lugar perfecto. —dijo, tomándola de la mano y guiándola fuera del campus.

Pasaron el día juntos, explorando la ciudad, yendo a una cafetería acogedora, y disfrutando de la compañía del otro. Jay hizo todo lo posible por hacerla reír y olvidar sus preocupaciones, y poco a poco, Jangmi comenzó a sentirse mejor. La calidez y el apoyo de Jay eran exactamente lo que necesitaba.

Mientras tanto, Jake también había desaparecido del campus. Una llamada de su madre lo había obligado a volver a casa. Cuando llegó, fue recibido por la familiar frialdad de sus padres.

—¿Dónde has estado? —preguntó su madre con desaprobación en la voz— Sabes que deberías estar concentrado en algo más útil que esa carrera inútil de Educación Musical.

Jake apretó los dientes, intentando mantener la calma.

—Estaba en la escuela, trabajando en un proyecto. —respondió con voz tensa.

Su padre, sentado en el sillón con un periódico, levantó la vista y lo miró con desaprobación.

—Deberías considerar seriamente cambiar de carrera, Jake. —dijo con frialdad— Esa basura de música no te llevará a ningún lado.

Cada palabra era como un golpe para Jake, recordándole todas las veces que sus padres habían menospreciado sus sueños y aspiraciones. La razón por la que nunca se había permitido enamorarse era clara: temía que sus padres tuvieran razón y que no pudiera ofrecer nada valioso a alguien que amara.

—No quiero discutir esto de nuevo. —dijo Jake, sintiendo un nudo en la garganta— Estoy comprometido con mi carrera, y voy a demostrarles que están equivocados.

Su madre suspiró, exasperada.

—Haz lo que quieras, pero no vengas llorando cuando todo se derrumbe. —dijo, volviendo su atención a su libro.

Jake salió de la sala, sintiéndose más perdido y solo que nunca. Subió a su habitación y se dejó caer en la cama, sintiendo que el peso del mundo estaba sobre sus hombros. En momentos como ese, se preguntaba si algún día podría ser verdaderamente feliz o si siempre estaría atrapado en la sombra de las expectativas de sus padres.

Mientras Jake yacía allí, sus pensamientos volvieron a Jangmi. Recordó su confesión de la noche anterior y el dolor en sus ojos. Se dio cuenta de que, a pesar de todo, lo único que realmente deseaba era poder estar a su lado y hacerla feliz. Pero con todas las dudas y miedos que lo consumían, no sabía si eso era posible.

Jangmi, por su parte, terminó el día con Jay, sintiéndose un poco más ligera gracias a su apoyo. Mientras caminaban de regreso al campus, se dio cuenta de que, a pesar del dolor y la confusión, no podía dejar de pensar en Jake. No sabía qué futuro les esperaba, pero estaba decidida a descubrirlo, sin importar lo complicado que pudiera ser.

La vida en Decelis Academy estaba llena de desafíos y sorpresas, y tanto Jangmi como Jake tendrían que enfrentarse a sus propios demonios si querían encontrar la felicidad. Pero a medida que el día llegaba a su fin, ambos sentían que, de alguna manera, estaban un poco más cerca de encontrar su camino.

© StrawberryMoonlightt