[Al otro día]
Al despertar me dolía la cabeza como nunca, parecía que me iba a explotar.
Me quise levantar pero tenia algo pesado encima mio, al abrir los ojos vi que era Mauro.
No me acordaba casi nada de ayer, pero a medida que me iba despertando me iban apareciendo flashbacks de lo de ayer.
Trate de levantarme lo más lento posible, para no despertar a Mau.
Al levantarme me asusté porque me di cuenta que estaba en tanga y con una remera de mi papá que me llegaba apenas a los muslo.
Mire la hora y ya eran las 3 de la tarde.
Me fui a poner un pantalón corto y me dediqué a ordenar un poco, lavar los vasos que usamos, tratar de ventilar para que se vaya el olor a porro y así.
Cuando más o menos terminé, le dije a Mauro que se levante.
Se levantó de a poco y no quise hablar sobre el tema, al parecer el tampoco se acordaba y yo no quería confundir las cosas.
Pedimos para almorzar y nos sentamos a comer en el sillón mientras mirabamos una película.
Al recordar un poco de todo lo que pasó en el sillón, se me fue el apetito, pero obligadamente tuve que comer.
....
-hoy me vas a acompañar, no? -preguntó mi acompañante con la boca llena de comida-
-a donde? -respondi confundida-
-a la batalla, es hoy
-ahhh si, obvio
-bueno, gracias
-si ganas, prometo poner casa para la jodita
-me copaa
-y si no también
Reímos y pasamos el resto del día acostados, hasta que llegó la hora de ir a la plaza.
Al llegar había bastante gente, pasamos entre la multitud ya que teníamos que llegar al medio, aunque al parecer Mauro había pedido que nos guarden un lugar para yo poder sentarme.
Estábamos los dos juntos y Mauro se había sentado atrás mio, yo entre sus piernas y él me abrazaba.
-fuaa, andas solicitado gordo? -dijo un nene entre risas-
-callate la boca vos -le respondió- Emma, él es Trueno
-pero podes decirme Mateo -me estiro la mano para saludarme-
-soy Emma -dije en una sonrisa-
Mateo se quedó sentado al lado de nosotros y nos quedamos charlando entre los tres, de a poco iban apareciendo personajes nuevos, Lit Killah, MKS, Wolf, Alejo, Iacho y un montón más.
Todos me cayeron muy bien, eran super buena onda todos.
Cuando llegó el momento, con Mateo dejamos de charlar y empezamos a poner atención a la batalla.