Capítulo 26

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En realidad, acaba de comenzar

Un nuevo día comienza, hoy me siento bastante animada, emocionada y con ganas de cumplir la táctica número cinco, la cual no será difícil, pues ser controversial con él es mi especialidad.

Me arreglo con rapidez, luzco uno de mis típicos vestidos de color rosa con estampado de flores, botas blancas y una gabardina del mismo color, la mañana estaba un poco fría, más que de costumbre.

Salgo al salón y me encuentro con mi amiga, tomamos el desayuno juntas y nos marchamos a la universidad.

Las clases de la mañana transcurrieron con rapidez, si me preguntan ahora mismo qué aprendí hoy, no sabría qué responder, pues todo el tiempo he estado pensando en la forma de encontrarme con Milo y continuar con nuestro maravilloso plan.

—Ya sé que haremos —habla mi amiga a mi lado. Estábamos en la cafetería.

—¿Qué? —respondo llena de curiosidad, cuando se trata de buscar ideas ella es la mejor.

—En la hora del deporte iremos a nadar a la piscina de los alumnos de cuarto año, pondré como excusa a mi novio, allí podrás encontrarte con Milo.

—Es perfecto.

—Lo sé.

A diferencia de la mañana, las clases de la tarde fueron eternas, mi ensayo de ballet fue un desastre, especialmente por la torpeza que se adueña de mi cuerpo cuando no estoy concentrada. Por otro lado, las prácticas de piano fueron raras, el nuevo instructor es un tanto extraño, no me inspira confianza en lo absoluto, tiene una belleza diferente, oscura, sus ojos me miran con tal profundidad que me hacen sentir diminuta. Quiero pensar que estoy exagerando, tal vez sea absurdo creer que tenga algún tipo de interés en mí, sea cual sea el caso no quiero darle vueltas, ahora solo tengo un objetivo y se llama Milo.

Grace y yo nos vamos a la piscina donde se supone que nos encontraríamos con Milo y Nathan. Ruego para mis adentros que nadie nos mire raro, pues no pertenecemos aquí.

—Chicas, ¿qué hacen por aquí? —se asombra Nathan cuando nota nuestra presencia.

—Mi amor —mi amiga se lanza a sus brazos y le estampa un beso en los labios—. Te echaba de menos así que decidí venir aquí a nadar contigo, me traje a Astrid para no venir sola. —Se voltea y me guiña un ojo.

Sabes que tu mejor amiga te adora cuando es capaz de mentirle incluso a su novio por ti.

Doy un vistazo por todo el lugar, hay varios chicos nadando y otros conversando a las orillas de la piscina, pero ninguno es el que me interesa.

—¿Me estás buscando a mí? —su voz me hace dar un brinco.

Me volteo para encontrarlo sin camisa, con el cabello mojado y el rostro sonriendo, sus tatuajes resaltaban en su piel nívea, su pecho abdomen marcado me hacen salivar de más.

Orgasmo visual a la cuenta de tres.

—Sí, te estaba buscando para evitarte.

—Eso suena un poco incongruente, ¿no te parece?

—Yo me entiendo, con eso es suficiente.

—¿Ya se te pasó el berrinche que tenías conmigo?

—¿Berrinche? —enarco una ceja— no sé de qué hablas.

—Ahora te haces la tonta.

—En un mundo de personas cuerdas prefiero ser la incoherente, loca y despistada, así vivo más feliz.

Tácticas para enamorar a Storm Donde viven las historias. Descúbrelo ahora