Lluvia de lágrimas
El auto de Hansel recorre el centro de la ciudad de Boston, mis ojos se pierden entre los enormes edificios, el día gris y apagado me hacía sentir más triste de lo que ya estaba, mi mente peleaba contra mi ser, sé que lo que estaba por pasar no era lo correcto, que debí haberlo evitado, pero, ¿qué clase de amiga sería yo si me niego a ayudarla? Creo que se está equivocando y que saldrá de esto más herida de lo que ya está, pero ella de igual manera iba a venir sola si yo no la acompañaba.
Esto va a destruirla y como no puedo hacer nada para detenerla, entonces estaré a su lado para ayudarla a levantarse.
—Creo que es aquí —nos informa Hansel. Nos encontrábamos en un barrio bastante privado, al frente de una enorme casa que parecía una fortaleza, Edu nos había ayudado a sacar un poco de información sobre Nathan. Nos costó convencerlo, pero al igual que yo, él es un amigo incondicional, de hecho quería acompañarnos.
—Gracias por traernos, Hansel.
—Escucha, tú hermano va a matarme si se entera de esto.
—No lo sabrá, te lo prometo.
—No puedo entrar, ni tampoco quedarme estacionado aquí, buscaré donde aparcar y me mantendré cerca del lugar para verte cuando salgas, pero si no me ves, llámame.
—Claro, no te preocupes, estaremos bien.
Nos bajamos del coche, ambas íbamos vestidas de negro, mi amiga llevaba unos enormes lentes de sol oscuros, quería ocultar su sufrimiento, pero era imposible.
—Lo siento, tengo que preguntarte por última vez —la detengo cuando estaba a punto de llamar al timbre—. ¿Estás segura de qué quieres hacer esto?
—Sí, Astrid —responde agobiada—, me has preguntado mil veces.
—Quiero protegerte, las personas de ahí dentro están viviendo un duelo y tu presencia no será de su agrado.
—Ya lo sé.
—A dónde quiero llegar...—suspiro cansada—, es que van a herirte, no les importa nada ahora mismo, tal vez no es el momento, no te digo que después no lo hagas, solo que ahora no.
—He tomado una decisión —zanja— no puedo cerrar capítulo y superar esto sin hacerlo.
—Amiga...
—Sé que quieres cuidarme y te amo por eso —me acaricia el cabello—, pero la culpa me está matando, siento un dolor enorme y sé que es lo que debo hacer.
—Vale, no trataré de detenerte, solo quería que supieras mi buen consejo, ahora como buena amiga voy a tomar tu mano pase lo que pase ahí dentro.
—Gracias —toma mi mano y con la otra llama al timbre.
—Hola. —Nos responden al otro lado de la puerta observándonos por la pequeña pantalla.
—Hola, somos amigas de Nathan, hemos venido a dar nuestro pésame a la familia.
—Claro, pueden pasar.
Las compuertas se abren y al otro lado nos encontramos con una señora de unos cincuenta años, llevaba traje de ama de llaves.
—Soy Eloísa.
—Hola, somos Astrid y Grace —respondo al ver que mi amiga está tan nerviosa que sus manos sudan frío.
—Han llegado un poco tarde, chicas, ayer fue el velatorio y esta mañana el entierro, pero aún quedan algunos familiares y amistades, los más cercanos.
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Tácticas para enamorar a Storm
RomanceAstrid Sherman, hija de un respetado Duque, acaba de entrar a la universidad de bellas artes más prestigiosa del mundo, dispuesta a cumplir su sueño de ser una gran artista. Luego de un brusco cambio en su vida, Astrid decide comenzar a vivir nuevas...