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La luz del sol matutino se filtraba a través de las cortinas del pequeño estudio de Aou, iluminando suavemente los lienzos y bocetos que cubrían las paredes. Boom, fascinado por el talento de Aou, se sentía más cerca de él cada día. Sin embargo, sabía que para comprender verdaderamente a Aou, necesitaba conocer también a las personas importantes en su vida.

Un sábado por la tarde, Aou invitó a Boom a una reunión con sus amigos más cercanos, Puhwin y Satang. Ambos eran estudiantes de la misma escuela de arte que Aou y compartían su pasión por la creatividad y la expresión artística. La reunión sería en un parque cercano, donde solían reunirse para hablar de sus proyectos y disfrutar de un rato al aire libre.

Boom llegó al parque un poco antes de la hora acordada, nervioso pero emocionado. Vio a Aou sentado en una mesa de picnic, riendo y conversando con dos chicos que, por su apariencia y actitud relajada, parecían ser Puhwin y Satang.

Aou se levantó y saludó a Boom con una sonrisa cálida.

—Boom, quiero presentarte a mis amigos. Este es Puhwin —dijo, señalando a un chico de cabello rizado y ojos brillantes—, y este es Satang —añadió, señalando al otro chico, de expresión serena y cabello oscuro.

—Es un placer conocerte, Boom —dijo Puhwin, extendiendo la mano—. Aou nos ha hablado mucho de ti.

—Sí, ha sido difícil hacer que se calle sobre ti —bromeó Satang, riendo—. Bienvenido a nuestra pequeña reunión.

Boom sonrió, sintiéndose aliviado por la acogida amistosa.

—Gracias, es un placer conocerlos a ambos. Aou me ha hablado mucho de ustedes también.

Se sentaron juntos en la mesa de picnic, compartiendo bebidas y snacks mientras conversaban. Boom descubrió que Puhwin era un talentoso escultor que encontraba inspiración en la naturaleza y los objetos cotidianos, mientras que Satang era un fotógrafo apasionado por capturar momentos espontáneos y auténticos.

—Aou y yo nos conocimos en una clase de dibujo al aire libre —contó Puhwin—. Me impresionó cómo podía capturar la esencia de una escena con solo unos pocos trazos.

—Y yo conocí a Aou en un taller de fotografía —añadió Satang—. Desde entonces, hemos sido inseparables.

A medida que la conversación fluía, Boom se sintió más cómodo y parte del grupo. Le fascinaba escuchar las historias de sus proyectos y cómo se apoyaban mutuamente en sus respectivas disciplinas.

—Boom, cuéntanos más sobre ti —dijo Aou, animando a Boom a compartir su historia—. ¿Qué te trajo al Café Phak Bia aquel día?

Boom tomó un sorbo de su bebida antes de responder, sintiendo la sinceridad en la pregunta de Aou.

—Estaba buscando un respiro de mi vida habitual —admitió—. Mi familia es bastante estricta y espera mucho de mí. Cuando entré al café, sentí una conexión inmediata con el lugar... y con Aou. Me hizo darme cuenta de que hay más en la vida que cumplir con las expectativas de los demás.

Puhwin y Satang asintieron con comprensión.

—Es importante encontrar algo que te apasione y te haga sentir vivo —dijo Puhwin—. Todos necesitamos eso.

—Y encontrar a personas que te apoyen en ese camino —añadió Satang—. Nos tienes a nosotros ahora, Boom.

La tarde pasó rápidamente mientras hablaban y reían. Boom sintió que había encontrado no solo a un amigo en Aou, sino también una nueva familia en Puhwin y Satang. Compartieron planes para futuras salidas y proyectos colaborativos, emocionados por las posibilidades que el futuro les ofrecía.

Cuando el sol comenzó a ponerse, el grupo se despidió con promesas de reunirse pronto. Boom se sintió lleno de una nueva energía y determinación, agradecido por haber encontrado personas tan genuinas y apasionadas.

Mientras caminaba de regreso a su penthouse, Boom reflexionó sobre cómo su vida había cambiado en tan poco tiempo. Aou, Puhwin y Satang le habían mostrado un mundo nuevo, lleno de creatividad, amistad y esperanza. Estaba decidido a mantener esa conexión y a luchar por un futuro en el que pudiera ser verdaderamente feliz, sin importar los obstáculos que se interpusieran en su camino.

Destinos entrelazados | AouBoom Donde viven las historias. Descúbrelo ahora