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La ciudad comenzaba a despertar, y con ella, los pensamientos de Boom se dirigían a sus amigos y al futuro que ahora parecía lleno de posibilidades. Sin embargo, sabía que aún tenía que enfrentar la realidad de su familia y sus responsabilidades.

Aquel día, Boom tenía una reunión importante en la empresa familiar. Su padre, siempre severo y exigente, lo había convocado para discutir algunos asuntos financieros. Boom se vistió con su traje más formal y se dirigió al edificio de oficinas con una mezcla de determinación y nerviosismo.

Al llegar, su padre ya estaba en la sala de reuniones, rodeado de ejecutivos y asesores. La tensión en el ambiente era palpable. Boom tomó asiento y escuchó mientras su padre exponía los problemas que la empresa enfrentaba y las expectativas puestas en él para ayudar a resolverlos.

—Boom, necesitamos que te enfoques y tomes tu lugar en la empresa con seriedad —dijo su padre con voz firme—. No podemos permitirnos distracciones en este momento crucial.

Boom asintió, consciente de la gravedad de la situación. Sin embargo, en el fondo de su mente, no podía dejar de pensar en Aou y en la libertad que sentía cuando estaba con él y sus amigos.

Después de la reunión, Boom decidió tomarse un descanso y fue al Café Phak Bia. Aou lo recibió con una sonrisa, notando la preocupación en su rostro.

—¿Todo bien? —preguntó Aou, mientras le servía una taza de café.

Boom suspiró, agradeciendo la presencia reconfortante de Aou.

—Es la empresa familiar. Mi padre espera mucho de mí, y a veces siento que no puedo cumplir con todas sus expectativas.

Aou se sentó junto a él, ofreciendo apoyo sin juzgar.

—Entiendo que es difícil, Boom. Pero recuerda que también es importante seguir tu propio camino y encontrar un equilibrio. No estás solo en esto.

Las palabras de Aou resonaron en Boom, dándole una nueva perspectiva. Decidió que, aunque no podía desatender sus responsabilidades familiares, tampoco iba a renunciar a sus propios sueños y a las personas que lo hacían sentir completo.

Esa noche, Boom y Aou fueron a una pequeña galería de arte donde Puhwin y Satang estaban presentando algunas de sus obras. La galería estaba llena de personas admirando las esculturas de Puhwin y las fotografías de Satang. Boom se sintió orgulloso de sus amigos y emocionado por ser parte de su mundo.

—Boom, ¡viniste! —exclamó Puhwin al verlo, dándole un abrazo amistoso—. Estoy tan contento de que estés aquí.

Satang se unió a ellos, sonriendo ampliamente.

—Esta noche es especial. Gracias por venir y apoyarnos.

Mientras recorrían la galería, Boom no podía evitar sentirse inspirado por el talento y la pasión de sus amigos. Habló con otros artistas y visitantes, absorbiendo la energía creativa que lo rodeaba.

—Aou, todo esto es increíble —dijo Boom, mientras observaban una escultura particularmente impresionante de Puhwin—. Me hace darme cuenta de lo mucho que quiero ser parte de algo significativo.

Aou lo miró con ternura y determinación.

—Y lo serás, Boom. Solo necesitas encontrar tu propio camino y seguirlo con valentía. Nosotros estaremos aquí para apoyarte.

La noche avanzó con risas, conversaciones profundas y un sentido de comunidad que Boom nunca había experimentado en los círculos elitistas de su familia. Se dio cuenta de que su felicidad y realización no estaban en cumplir con las expectativas ajenas, sino en seguir su propio corazón.

De regreso al penthouse, Boom sintió una mezcla de emociones. Sabía que el camino por delante no sería fácil, pero también sabía que tenía la fuerza y el apoyo necesarios para enfrentarlo. Decidió que hablaría con su padre, no solo como su hijo y heredero, sino como un hombre decidido a vivir su propia vida.

A la mañana siguiente, Boom pidió una reunión privada con su padre. En la oficina familiar, miró a su padre con una nueva determinación.

—Papá, entiendo la importancia de nuestras responsabilidades y lo que esperas de mí —comenzó Boom, con voz firme—. Pero también necesito encontrar mi propio camino y seguir mis pasiones. Quiero que sepas que estoy comprometido con la empresa, pero también necesito tiempo para explorar y crecer como individuo.

Su padre lo observó en silencio, sorprendido por la franqueza y madurez de Boom. Después de un momento, asintió lentamente.

—Boom, siempre he querido lo mejor para ti, aunque a veces no lo demuestre de la manera correcta —dijo, con una rareza de suavidad en su voz—. Si necesitas encontrar tu propio camino, te apoyaré. Pero recuerda que siempre tendrás un lugar aquí, en nuestra familia y en la empresa.

Boom sintió una oleada de alivio y gratitud. Sabía que la aceptación de su padre no resolvería todos sus problemas, pero era un paso importante hacia la reconciliación de sus deberes familiares con sus propios sueños.

Con una renovada confianza, Boom salió de la oficina, decidido a construir un futuro donde pudiera ser fiel a sí mismo y a las personas que amaba. Sabía que, con Aou, Puhwin y Satang a su lado, no había desafío que no pudiera superar.

Destinos entrelazados | AouBoom Donde viven las historias. Descúbrelo ahora