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El semestre en la universidad de arte de Aou estaba en pleno apogeo, y aunque disfrutaba de cada clase y proyecto creativo, una preocupación persistente comenzaba a pesar en su mente.

Aou estaba sentado en el pequeño estudio que compartía con Puhwin y Satang, rodeado de lienzos y bocetos. Sus amigos estaban concentrados en sus respectivos trabajos, pero Aou parecía distraído. Finalmente, decidió compartir sus pensamientos con ellos.

—Chicos, necesito hablarles de algo —comenzó Aou, su tono serio atrayendo la atención de Puhwin y Satang—. He estado pensando mucho en mi futuro en la universidad.

Puhwin dejó de esculpir por un momento, mientras Satang guardaba su cámara y se sentaba junto a Aou.

—¿Qué sucede, Aou? —preguntó Satang, preocupado por su amigo—. Pensé que estabas disfrutando de tus clases.

Aou asintió, sintiendo el apoyo de sus amigos.

—Lo estoy, realmente lo estoy. Pero últimamente he estado preocupado por si estoy haciendo lo suficiente para destacar, para asegurar mi futuro en el mundo del arte.

Puhwin puso una mano en el hombro de Aou, reconociendo sus preocupaciones.

—Entiendo cómo te sientes. Todos queremos tener éxito en lo que hacemos. Pero recuerda, el arte no es solo sobre la técnica, también se trata de la pasión y la expresión personal.

Satang asintió, agregando su propia perspectiva.

—Tienes tanto talento, Aou. No dejes que las dudas te impidan seguir adelante. Estamos aquí para apoyarte, siempre.

Aou se sintió reconfortado por las palabras de sus amigos. Sabía que podía contar con ellos para superar cualquier obstáculo que se interpusiera en su camino.

Esa noche, mientras caminaba de regreso a su apartamento, Aou reflexionó sobre la conversación con Puhwin y Satang. Se dio cuenta de que su preocupación por el futuro era natural, pero no podía permitir que la ansiedad lo dominara. Decidió hablar con uno de sus profesores al día siguiente, buscando consejos sobre cómo podría destacar más en sus estudios y proyectos.

Al día siguiente, después de una clase intensiva de pintura al óleo, Aou se acercó a su profesor, el profesor Tanapat, un reconocido artista y mentor en la universidad.

—Profesor Tanapat, ¿puedo hablar con usted por un momento? —preguntó Aou, nervioso pero decidido.

El profesor Tanapat asintió con amabilidad, invitándolo a su estudio dentro del campus.

—Claro, Aou. ¿En qué puedo ayudarte?

Aou explicó sus preocupaciones sobre su futuro en el arte, expresando su deseo de hacer más y destacarse entre sus compañeros.

El profesor Tanapat escuchó atentamente, luego le dio una sonrisa tranquilizadora.

—Aou, te he visto crecer y evolucionar desde el primer día que llegaste aquí. Tienes un talento natural y una pasión que son difíciles de enseñar. Pero recuerda, el arte no se trata solo de ser el mejor técnicamente. Se trata de encontrar tu voz única y transmitir emociones a través de tus obras.

Las palabras del profesor Tanapat resonaron en Aou, llenándolo de una nueva determinación. Sintió un impulso renovado para explorar nuevas técnicas y temas en sus proyectos futuros.

Esa noche, Aou se reunió con Puhwin y Satang en su estudio, compartiendo la conversación que había tenido con el profesor Tanapat. Los tres amigos discutieron ideas creativas y se comprometieron a apoyarse mutuamente en sus aspiraciones artísticas.

—Estoy agradecido de tenerlos a ambos como amigos y compañeros de arte —dijo Aou, sonriendo sinceramente.

Puhwin y Satang asintieron, compartiendo el sentimiento.

—Somos un equipo, Aou. Siempre estaremos aquí para ti —dijo Satang, su voz llena de convicción.

Destinos entrelazados | AouBoom Donde viven las historias. Descúbrelo ahora