Fantasma ( DC cómics x Warhammer 40k)

Capítulo Especial

Buenas mis queridos lectores, he visto las reseñas del último cap y puedo decirles con total cariño y seguridad qué me chupen la verg..ejem, quiero decir que hay una explicación bastante coherente de porque perdió Nyx qué se explicaría en el siguiente , pro me sorprende que la mayoría se lo tomase tan personal.

Me gustaron la mayoría de comentarios, excepto por el de " soy experto en Warhammer" que me mato de risa. Lo siento si soy malo jaja.

En fin, este es un especial de que sucedería si en vez de Nyx, fuese "otro" el que fuese al mundo de DC.

Sin nada más que decir disfruten del Cap.

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Se llamaba Hecatombe. Unas instalaciones enterradas en las profundidades de un asteroide rebelde, cuya existencia misma era un secreto muy bien guardado.

Para los drones del Officio Assassinorum que trabajaban allí, los mismos pasillos parecían irradiar un aura palpable de muerte y terror. No tan impropio de una bóveda de almacenamiento del legendario Templo Eversor.

La Hecatombe había sido el hogar y la prisión de Aric Gissen durante los últimos veintitrés años, y ninguno de ellos había sido amable con él. Su antigua y prometedora vida en la Schola Progenium parecía haber sucedido siglos atrás en lugar de poco más de dos décadas, pero el tiempo parecía transcurrir de manera diferente en este lúgubre manicomio que se tambaleaba por el espacio vacío.

Ahora tenía arrugas en el rostro, se le habían formado patas de gallo alrededor de los ojos y su cabello negro había empezado a encanecer en las sienes.

«Debes soportar las consecuencias inevitables de tus acciones», resonaba en mi memoria la voz del viejo y arrugado abad tutor, tan clara como el día en que los prefectos de la Schola lo sacaron del dormitorio por primera vez, acusándolo de pecado académico. En lenguaje común, lo habían descubierto haciendo trampas. Y eso no lo podían permitir.

Por supuesto, lo habían golpeado, lo habían hecho arrepentirse de su deshonestidad.

En ese momento, le había parecido muy correcto alterar sus calificaciones en los exámenes. No quería pasar el resto de su vida como un insignificante empleado del Administratum trabajando arduamente en una sala de correo hasta que la Disformidad se congelara.

Siempre se había imaginado a sí mismo como un Comisario, un soldado de asalto o, incluso si el Emperador lo deseaba, un ayudante de la Inquisición. Mirando hacia atrás en su vida hasta ahora, probablemente debería haber dejado las cosas como estaban.

El Officio Assassinorum era una organización siniestra y despiadada para la que trabajar. No había plan de jubilación, ni beneficios para los empleados, y su supervisor le daba un miedo terrible. Era la definición misma de la palabra "prescindible" en cualquier momento en que sus superiores pudieran activar la cápsula de neurotoxina enterrada en su cráneo para dejarlo con muerte cerebral inmediata. Al menos en el Administratum podía darse por muerto y robar unos cuantos pagarés en blanco para trasladarse a un mundo paradisíaco.

No había escapatoria de la Hecatombe, iba a morir allí, y su cuerpo sería reducido a una pasta para alimentar a los servidores que operaban los numerosos sistemas arcanos.

La vida en la Hecatombe sólo empeoraba por el hecho de que no había mujeres en esta roca que no fueran psicóticas comatosas o autómatas cibernéticos sin mente.

Era una política inventada por algún burócrata del Officio confeso que se había atrincherado en Terra, convencido de que las mujeres serían una distracción innecesaria.

Además, la Hecatombe no apoyaba ni una política de licencia por maternidad ni una guardería para soportar las consecuencias de la mezcla de géneros. Obviamente no pensaban en el tipo de atmósfera que esto generaría en el lugar de trabajo. De hecho, cuando Aric llegó por primera vez, tuvo que defenderse de un sodomita cachondo tras otro en sus horas libres, y esconderse cuando los grupos se unían para cazar a la "nueva carne"... no siempre escapaba.