𝐂𝐨𝐫𝐨𝐧𝐞lᡣ𐭩

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Iris buscaba con la mirada a König en el comedor, sus ojos recorrieron la sala hasta verlo sentado al lado opuesto, lejos del grupo de alto rango que seguía bebiendo

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Iris buscaba con la mirada a König en el comedor, sus ojos recorrieron la sala hasta verlo sentado al lado opuesto, lejos del grupo de alto rango que seguía bebiendo. König asomaba la cabeza hacia la barra de comida, buscando a alguien, pero pronto se levantó y regresó con su plato y una botella de agua.

—Toma —dijo, casi tirando la botella hacia ella. Iris la atrapó rápidamente, algo asustada por su brusquedad.

—Gracias... —respondió, intentando calmarse—. Quería hablar contigo sobre la formación de ataque de la misión de la próxima semana. No me parece muy... —se detuvo un momento, buscando las palabras adecuadas—. Inteligente.

König levantó la vista de su plato, mirándola por un segundo antes de murmurar:

—Mmm. —Iris esperó más, pero él simplemente añadió—. Podríamos hablar con Ghost de eso. —Sus ojos buscaron a su compañero, quien estaba apartado del grupo que bebía.

Iris asintió, tratando de acomodarse en la silla y tomando más agua. "Este hombre me pone los pelos de punta", pensó.

—¿Tú vas a ir a la misión, verdad? —preguntó torpemente. Claro que iba a ir, era el coronel. Se sintió estúpida por la pregunta, pero era difícil sacarle más de tres palabras.

Él frunció el ceño, confundido.

—No entendí —dijo con su acento marcado.

—Nada importante —respondió rápidamente, intentando desviar la conversación.

—¿De dónde es tu acento? —preguntó, intentando suavizar el ambiente.

König la miró con curiosidad antes de contestar.

—¿Dónde nací yo? —Iris asintió—. Soy austriaco.

—¡Se nota bastante en tu acento! —dijo con una sonrisa, pero él no pareció apreciarlo—. Es... lindo —agregó mientras se levantaba para llevar su bandeja.

Cuando regresó, König seguía sentado en el mismo lugar, viendo al frente.

—¿Y qué piensas hacer mañana? —Iris intentó mantener la conversación, pero él simplemente encogió los hombros.

—Creo que tenemos una misión —dijo, viendo su reacción—. Solo nosotros.

Iris frunció el ceño.

—¿Pero no hay otra misión la próxima semana? ¡Qué malos! —dijo en tono burlón—. Aunque parece que disfrutas mucho de tus misiones.

König la miró, frunciendo las cejas.

—¿Disfrutar matar? —preguntó seriamente.

Iris tragó saliva.

—No, quise decir que... eres bueno en eso. —Él dejó escapar una pequeña risa antes de levantarse.

—Voy a darme una ducha —dijo, y se marchó sin despedirse.

Iris lo observó, confundida. ¿Por qué siempre se iba así?

Más tarde, Iris entrenó hasta agotarse. Los últimos cuatro días habían sido iguales: gimnasio por la mañana, campo de tiro al mediodía y entrenamiento general por la tarde. Estaba decidida a destacar y, finalmente, ascender de rango.

Mientras descansaba en el campo de entrenamiento, escuchó un alboroto. Los soldados habían regresado de su misión. Se levantó con una sonrisa, pensando que al menos no almorzaría sola. Después de una ducha, volvió al comedor, donde vio a König sentado solo, como siempre.

—Hola —lo saludó con entusiasmo.

—Hablé con Ghost sobre el plan —dijo él sin rodeos, ajustándose en la silla—. Dice que vayamos a su oficina a las 10 p.m.

Iris asintió, sentándose frente a él.

—¿Y qué tal fue todo? ¿Lograron su objetivo? —preguntó mientras se quitaba las costras de lodo del pantalón.

—Fue una misión exitosa, no hubo bajas —respondió König, reclinándose en la silla.

—¡Qué bien! —exclamó Iris—. El martes es mi primera misión y estoy algo nerviosa.

König la miró rápidamente.

—¿Ya es el martes? —murmuró, acomodándose—. ¿Has entrenado?

—¡Sí! —respondió con emoción—. Quiero que me suban de rango.

König esbozó una leve sonrisa.

—He oído algunos comentarios. No dudes que antes de la misión ya serás teniente —dijo antes de levantarse y marcharse nuevamente sin despedirse.

Iris suspiró, molesta. "¿Por qué nunca se despide?", pensó mientras caminaba de regreso a su habitación. Se sentó en la cama, la oscuridad de la habitación se cernía sobre ella. ¿Cómo iba a refutar un plan elaborado por personas tan importantes? Su mente no dejaba de darle vueltas al asunto.

Un golpe suave en la puerta la despertó de su ensueño. Se levantó lentamente y abrió la puerta.

—¿Sí? —susurró, viendo a König.

—Te dije que nos veríamos a las 10 p.m. —dijo secamente—. Son las 10:09. Ghost se va a molestar. —Sin esperar respuesta, se dio la vuelta.

Iris se apresuró a ponerse las botas y corrió tras él. Llegaron a una habitación al final del pasillo, donde König golpeó la puerta.

—Adelante —se escuchó una profunda voz desde adentro.

König abrió la puerta y dejó que Iris pasara primero. Ella asintió levemente y entró.

—Buenas noches —saludó firmemente.

Ghost levantó la vista, estudiándola.

—¿Qué problema tienes con el plan? —preguntó, apartando algunos papeles.

Iris tragó saliva ante su imponente presencia, pero se mantuvo firme.

—Me parece una estupidez —dijo sin rodeos.

Ghost soltó una risa nasal.

—Niña, sé que tienes experiencia, pero...

—Solo hay un francotirador, yo —lo interrumpió, viendo cómo Ghost fruncía el ceño—. El plano está diseñado como si hubiera más, pero no es así. Y para colmo, el lugar que me asignaron no tiene sentido. Preferiría que me cambiaran de posición y participar en el combate terrestre.

Ghost miró a König, sorprendido.

—¿Un solo francotirador? —murmuró antes de asentir—. Está bien, gracias por notificarme. Retírense.

Iris sonrió con satisfacción mientras salían de la oficina. König cerró la puerta tras ellos.

—¿Feliz? —preguntó mientras caminaban por el pasillo.

—Sí —respondió Iris, sonriendo ampliamente.

—Tengo que hacer papeleo —dijo König, cambiando de dirección, alejándose sin despedirse, como siempre.

Quiet| königDonde viven las historias. Descúbrelo ahora