𝐆𝐨𝐥𝐩𝐞𝐬!ᡣ𐭩

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König avanzaba a toda velocidad hacia las dos mujeres que seguían golpeando a Iris sin piedad

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König avanzaba a toda velocidad hacia las dos mujeres que seguían golpeando a Iris sin piedad. Su corazón martilleaba en su pecho, y la rabia lo impulsaba a cada paso

Los gritos de dolor de Iris resonaban en sus oídos como un martillo, alimentando su desesperación. Sabía que tenía que llegar a tiempo, no podía fallarle

La recepcionista, notando su acercamiento, se giró de inmediato, apuntándole con su arma. Sus ojos brillaban de furia mientras lo maldecía en voz alta en ruso, sus palabras llenas de veneno,König no se detuvo, ni siquiera cuando el cañón del arma lo amenazaba

—¡Detente o disparo! —gritó la recepcionista, su voz temblando levemente por la mezcla de pánico y determinación

Pero König no se detuvo

Su mirada se fijó en Iris, que yacía en el suelo, ensangrentada y apenas consciente, mientras la mujer de cabello rizado continuaba golpeándola con saña. Cada golpe que recibía Iris era un golpe directo al corazón de König. No podía permitir que esto continuara

Iris, a pesar del dolor insoportable que la aturdía, luchaba por mantenerse consciente. Sentía el sabor metálico de la sangre en su boca y el dolor lacerante en todo su cuerpo, pero su mente se negaba a ceder

Debía luchar, aunque su cuerpo no respondiera,Sentía las cuerdas que ataban sus muñecas aflojándose poco a poco, y aprovechó ese momento de distracción

Con un último esfuerzo, logró deshacer el nudo y liberar sus manos

El dolor la consumía, pero reunió todas sus fuerzas para dar una fuerte patada a la mujer de cabello rizado, quien cayó hacia atrás, sorprendida por el ataque inesperado.

La rabia brillaba en los ojos de Iris mientras la observaba caer,Pero esa victoria momentánea tuvo un costo alto

La recepcionista, en un acto de desesperación, apretó el gatillo de su arma,El disparo resonó en el aire, y el mundo pareció detenerse por un instante. Iris sintió un impacto en su abdomen, y un dolor punzante la atravesó. Su cuerpo cayó al suelo como una muñeca de trapo, mientras la sangre comenzaba a brotar de la herida

—¡Iris! —gritó König con furia, lanzándose sobre la recepcionista antes de que pudiera disparar de nuevo

La golpeó con una fuerza brutal, impulsado por una rabia que nunca antes había sentido. Su puño se estrelló contra su rostro, una y otra vez, mientras sus gritos de desesperación se mezclaban con los suyos. La recepcionista intentó defenderse, pero la fuerza de König era abrumadora

Finalmente, cayó al suelo, inconsciente

Mientras esto ocurría, los soldados que patrullaban la zona, alertados por el sonido del disparo, comenzaron a acercarse. Pero en medio del caos, la mujer de cabello rizado aprovechó la distracción para escapar. Desapareció en la oscuridad, su figura desvaneciéndose en la distancia antes de que nadie pudiera detenerla

Quiet| königDonde viven las historias. Descúbrelo ahora