¡Hey, Seth!: RECEPTOR. ©

Capítulo 30: La oscura lealtad.

MATTHEW.
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Apreté los labios cuando la enfermera suturó mi herida con descuido, la fulminé a pesar de que no me miraba ya que estaba concentrada en curar la palma de mi mano. El doctor me ha dicho que demorara un par de días en cerrar y me negó cualquier actividad como tocar la guitarra o siquiera tomar un maldito micrófono.

Ahora que Keylle estaba en la estación de policías, Ellen había perdido a su artista de apertura para el concierto de mañana. Le pedí a Preslie que hiciera lo posible por contactar con Annelly. Esta sera una gran oportunidad para ella y espero que Ellen la acepte.

Gracias a Evely supe que Alina se encontraba estable después de su desmayo, al parecer todas esas emociones la hicieron colapsar.

Su cuerpo se debilitó y perdió la consciencia en mis brazos.

—Listo —culminó la mujer al cortar el hilo de sutura—. Vendaré su mano para que tenga cuidado.

—Gracias.

Empujó su banquito hacia un estante, tomó una venda nueva de un cajón y volvió hacia mí.

—De acuerdo —deje de observar a la enfermera al escuchar la voz de Preslie, entró a la habitación con el teléfono en el oído—. Sí, no te preocupes, el representante de Ellen accedió a que Annelly haga la apertura, estoy segura de que a los fans les va a encantar.

Escuchar eso me causó un alivio inmenso.

—Hey —dejé de ver a Preslie cuando otra voz se unió, un enfermero se asomó y miró a su compañera—. La paciente de la habitación vip ha despertado.

—¿Alina Campbell? —cuestioné y el chico me miro.

—Así es, señor.

Me puse de pie con rapidez y la enfermera me soltó cuando sujetó el vendaje de mi mano.

Pasé de largo a Preslie y caminé con rapidez por el pasillo.

—¡Hey, Matthew! —exclamó la rubia con autoridad—, ¡espera! —corrió hasta alcanzarme y tomar mi brazo para frenar mis pasos. La miré con desdén ante su interrupción—. Alina acaba de despertar y tienes que ser consciente de lo último que sucedió.

—Lo sé, Preslie. Estuve allí —traté de avanzar pero se interpuso con gesto serio.

—Me refiero a que... —tomó aire después de su pausa— Alina estaba asustada de ti.

—Eso también lo sé —gruñí ante su recordatorio—. Hablare con ella.

—Sé amable, Henderson.

Finalmente se apartó de mi camino y avancé con prisa hacia la habitación privada que ocupaba Alina.

Sé que se desmayó por tanta acumulación de energía. También sé que antes de desmayarse sus ojos me observaban con temor. Me arrepentí de haber agredido a Keylle en ese puto instante, pero, era eso o la vida de la mujer que amo y después de lo sucedido con los Caza, me jure que Alina estaría siempre a salvo.

Yo sería su escudo sin importar las consecuencias.

Abrí la puerta con suavidad y vi que Alina estaba recostada sobre la cama en compañía de Nathan y Evely. Los tres me miraron al aparecer y sus amigos volvieron su atención a ella.

—Los dejamos para que hablen —susurró Evely hacia Alina, la castaña asintió con levedad y se despidió de ambos con una sonrisa amplia.

Nathan se acercó a mí y dejó que las amigas se despidieran otro rato.