Capítulo 1

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Era una tarde lluviosa en el pequeño pueblo de Broadchurch, una pequeña localidad olvidada por muchos. A pesar de ser un lugar relativamente pequeño, no se libraba de los males que la humanidad podía causar, entre ellos, delicuentes, estafadores y otras personas de su índole.

En el hospital local se encontraba el detective Alec Hardy entrando en una camilla, a causa de un pre infarto que había tenido minutos atrás, ocasionado tras perseguir con gran energía a un delincuente que tanto tiempo lo estaba rastreando; al fin lo había conseguido, pero tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano para atraparlo, corriendo metros y metros sin descanso, eso incluso le sorprendió al mismo Hardy.

Lo llevaron a una habitación donde le dieron los primeros auxilios y ayudaron al pobre hombre a recuperar la tranquilidad que, después de una persecución, su corazón no agradecería. Sin embargo, el detective se encontraba inquieto y desesperado por saber el estado de la situación ¿Encontraron algo más? ¿El otro equipo pudo con el arresto? "Ese maldito bastardo sabe cómo salirse con la suya", miles de pensamientos pasaban por su cabeza, hasta que entró en la habitación un médico de apariencia refinada, ojos claros y altura considerable, por una extraña razón había cautivado la atención del detective al instante.

—Así que usted es el paciente problemático, impaciente por salir, ¿no es así? — el doctor preguntó con paciencia al entrar a la habitación.

— Las noticias corren rápido — exclamó Alec mientras se incorporaba en la camilla.

— Temo que sí, solo trate de relajarse — el doctor procedió a sacar sus instrumentos, sin duda tenía una energía hechizante, Hardy no podía parar de verle con detenimiento, el médico tenía el pelo esponjado, gafas pequeñas y una hermosa nariz.

— No creo que pueda después de la situación de dónde vengo ¡soy un maldito detective! — Alec respondió con enfado.

— El detective Alec Hardy, ¿cierto? su compañera me dijo que le avisara que todo está bajo control, así que trate de tranquilizarse lo más que pueda y así podrá salir pronto, si eso es lo que desea.

— Dígame doc, ¿voy a morir? — Alec preguntó con cinismo — si no es así creo que puede hacerme el favor de darme de alta para seguir con mi trabajo, no es la primera vez que pasa y estoy bien — Alec miró con detenimiento al doctor, quien miraba sus documentos con una ligera sonrisa burlona.

— Parece que su corazón está estable, pero no seguirá igual si sigue con el ritmo de vida que tiene, dígame ¿ha estado tomando su medicamento adecuadamente? — exclamó el doctor mientras se quitaba los anteojos, posando sus ojos sobre aquel hombre malhumorado.

—¿Nitroglicerina? casi toda la puta vida, no consumo el maldito café, aunque me encantaría beberlo — confesó Alec mirando sus manos que aún seguían temblando.

— Si su intención es hacerme enfadar para darlo de alta pronto, créame, no será sencillo conmigo señor Hardy, he tratado con pacientes peores que usted — el hombre sonreía de lado, era evidente que Hardy había cautivado su atención de igual forma.

— Estoy en una competencia entonces, por cierto, no me ha dicho su nombre, es nuevo por lo que puedo ver — exclamó Alec mientras ladeaba la cabeza, mostrando curiosidad hacia el hombre, quién se acercaba a su camilla.

— Cierto, una disculpa. Soy el Dr. Masters, William Masters, es un placer — exclamó tendiéndole la mano, inmediatamente Alec correspondió — Supongo a su mención, puedo deducir que no es la primera vez que nos visita.

— Está en lo cierto, mi visita número cinco para ser exacto, pero dígame, usted no es de aquí, ¿cierto? ¿es americano? — Hardy jamás había estado tan cómodo en una conversación y más si se trataba de un médico que no quisiera cortarle la cabeza por discutir con él.

KARMACOMA- Alec Hardy x Bill MastersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora