Capítulo 2

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Alec respiraba acelerado, casi podía sentir que el corazón se le salía de su pecho, pasó su lengua por sus labios mientras intentaba calmar su nerviosismo, en frente de él se encontraba el doctor Masters acercándose lentamente, no decía ninguna palabra, solo lo observaba detenidamente de pies a cabeza, era como si lo desnudara con la mirada, Hardy se sintió expuesto.

— Debo confesar que me gustaría probar tus labios Alec, ¿me dejarías hacerlo? — el doctor exclamó tomando al detective por sus caderas, Alec no dijo nada, estaba hipnotizado.

Masters pasaba lentamente sus manos por encima del pecho delgado del detective, se había acercado tanto que podía apreciar su perfume, embriagador y delicioso. Alec no podía razonar lo que pasaba en ese momento, solo se limitó a decir — si por favor — Masters sonrió complacido y procedió a desabotonar su camisa, acercó su nariz rozando delicadamente los labios del detective, pero nunca llegó a juntar sus labios con los de él.

— Dígame señor Hardy, ¿esto era lo que tanto había estado ocultando de mí? ¿un deseo reprimido que solo puedo provocar? — sus labios rosaban cerca de su oído, mientras que sus manos se hundían suavemente en sus caderas, Alec ansiaba por probar los labios del doctor.

— Solo mírate, el deseo te consume y apenas puedes ocultarlo, temo decirte que esta consulta ha terminado — el doctor se alejó del detective con una sonrisa burlona — Encargarte de ese problemita — Masters se limitó a decir mientras desaparecía de la habitación.

La alarma del despertador sonó con fuerza, Alec volvió a la realidad, había sido un sueño "¿Qué carajo fue eso?" pensó. Se movió entre sus sábanas, estaban húmedas, el detective había amanecido con una erección.

— ¿Pero qué mierda? — no era la primera vez que pasaba, obviamente, solo que esta vez era diferente, dolía un poco ,aquella zona estaba terriblemente sensible.

"A veces la respuesta a lo que nos aqueja es tan sencilla que darle atención al cuerpo mismo" 

Alec recordó aquellas palabras, tal vez podría intentar darse un poco de atención, al final de cuentas, tenía una buena imagen en su mente, esa imagen se trataba del doctor Masters mirándolo fijamente mientras apresaba sus caderas con sus manos firmes.

"No puede ser tan malo" 

Temeroso, pasó su palma por encima de su ropa interior, sintiendo esa zona demasiado sensible, el detective jadeo ante el primer toque, prosiguió insistiendo en sus movimientos ascendentes y descendientes, nunca lo había intentado, en realidad nunca había sentido la necesidad de hacerlo.

Las imágenes del doctor tocando su cuerpo se hacían cada vez más reales, un leve gemido salió de su boca y el pánico comenzó a consumirlo por lo que de inmediato paró su acción y decidió  correr a tomar una ducha.

 "¿Qué demonios me está pasando?"

El detective Hardy en su vida se había visto atraído hacia un hombre de esa manera, en realidad, hacia ninguna otra persona, era una de las características que hacían auténtico a Alec. Desde que tiene memoria, le han costado trabajo las relaciones sociales, no contacto físico, no relaciones interpersonales; le causaba una fatiga enorme y hasta cierto punto repulsión, sin embargo, algo tenía el doctor Masters. Desde su primer encuentro había resultado agradable pasar tiempo con él, ahora no podía sacarlo de su mente. Prosiguió a terminar su ducha con normalidad, tratando de borrar aquellas imágenes e ignorando completamente su necesidad.

Alec había estado haciendo demasiado papeleo últimamente, el pobre estaba vetado de la comisaría donde trabajaba, tenía que contar con un alta definitiva que comprobara que está lo suficientemente sano para regresar a su empleo, esa tarea estaba a cargo del doctor Masters, el hombre que hablaba de masturbación de la manera más normal del mundo, tal vez lo era, pero no para Hardy.

KARMACOMA- Alec Hardy x Bill MastersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora