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No sabías cómo acabaste en esta situación, estando en camino a la vieja casa de tus padres después de usar el poco dinero que te quedaba de tus últimas ventas para comprar los medicamentos y tratar las heridas de ahora tu esposo, el médico del pueblo lo dio de alta de manera anticipada, ya que lo peor ya había pasado y ahora solo está muy aturdido, tanto que apenas si reaccionaba a las acciones de los demás a su alrededor y se dejaba guiar como si fuera un niño pequeño y desorientado.
El pobre Malleus casi parecía una momia por estar cubierto de vendajes de la cabeza hasta los pies y apenas se podía ver la cara debido a que la mayor parte de esta estaba también cubierta y tenia un gran parche sobre su ojo izquierdo... O al menos donde debería estar su ojo izquierdo, ahora es una cuenca vacía ya que el ataque le destrozó todo ese órgano, el dragón estaba en silencio con la mirada perdida en el paisaje mientras iba acostado en la parte trasera de tu carretita.
-Eeemm... ¿Todo bien haya atrás?- Preguntaste tímidamente, ya que desde que Malleus reacciono no había dicho palabra alguna y actuaba de manera tan dócil que asustaba "Vaya... Si que lo golpeó fuerte la amnesia" Pensaste algo preocupada, solo falta que su pérdida de memoria fuera tan fuerte que volvió a la infancia y se cree un bebé dragoncito chiquito y bonito...
-...- Pero Malleus no respondió, seguía perdido en sus pensamientos.
-N.. No te preocupes, te haré una comida muy calientita y deliciosa para que te sientas mejor... - Dijiste preocupada sin saber qué hacer, parecía que querías llorar por el estrés de la situación, temblando un poco, sin darte cuenta que la mirada del ojo del dragón posaba sobre tu espalda.
-Yo... ¿Quién soy yo?...- Habló al fin Malleus sorprendiéndote mucho, su voz es más profunda de lo que imaginabas en tu mente por leer los diálogos -Intento recordar... Pero no puedo...- Dijo con cierta tristeza en él.
-¡Gracias a Dios puedes hablar! Por un momento crei que habias olvidado eso...- Dijistes muy alivia girando a mirar al pelinegro, dejando tu caballo Epona seguir andando ya sabía el camino así que no te preocupaba que saliera de la ruta -No te preocupes por no recordar nada, el doctor dijo que tu amnesia es por los múltiples golpes en tu cabeza, que conforme vayas sanando los recuerdos volverán a ti- Dijiste dedicándole una sonrisa al lastimado dragón, incluso se te salieron un par de lágrimas de alivio.
-... Por favor no llores, lamento no recordarte, no es mi intención ponerte triste- Dijo Malleus sintiéndose mal por dentro... Bueno mas mal de lo que ya se sentía.
-¡No estoy triste, te lo juro! Más bien... Estoy feliz de que estés vivo y sobre todo de que estes bien, tu amnesia y que no me recuerdes es lo de menos, lo importante es que te recuperes, así que no te sientas mal por mi...- Dijistes tallándote los ojos para hacer parar esas lágrimas traicioneras que se te escapan mientras te acercaste al chico para ver si estaba bien.
Pero aun así el dragón oji-verde se sentía mal, se ve que eres una esposa devota y amable, que está llora por él por solo saber que estaba despierto y lúcido, él sin poder siquiera recordar cómo te llamas, eso era muy malo y lo hacía preguntarse como término asi de mal, ¿Que pasó para que un tipo tan grande como él acabara al borde de la muerte? Algo en él decía que es poderoso así que no lo entiende... También se pregunta ¿Cómo se conocieron y cuánto llevan casados? Ya que la verdad no te reconoce de nada pero tu manera de actuar hace creer que llevan una temporada juntos ¿No? ¡¿Y cuál es su nombre ya que no recuerda ni papa?!
