Capítulo trece.

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Cameron.

Dan y Boran habían hecho todo lo posible por rescatar a Julie, y no lo habían logrado. Observé a mi lado, débil, las cosas habían sido mucho peor de lo que había imaginado.

El lugar en donde terminaban la mayoría de las mujeres que Leonardo tomaba era un pozo vacío lleno de muerte y esclavitud, lleno de dolor y de temor, rabia y violencia.

Mi cuerpo se estremece de sólo el pensar en todo lo que ese hombre que me detestaba podía estar haciendo en este momento con la que era mi esposa. Y las ganas de vomitar aumentaron con pensar en todo lo que pudo haber hecho con Leah esos cuatro años los cuales fueron un infierno para todos.

Había estado todo el lugar donde se ocultaba vacío, solo quedaba una nota con un número 13 escrito en ella. El sabía perfectamente lo que aquello significaba. Y yo también.

Abrí la sala de interrogación, a paso lento ingresé en ella para encontrarme a una persona que aún figuraba en la línea nacional como desaparecida, una persona que no tenía nada que hacer aquí más que decir absolutamente toda la verdad.

—Hola Colton—susurré, tomando su expediente.

El me observó, no había cambiado demasiado, sus ojos seguían llenos de odio por mi, pero no me interesaba, el tenía muchas respuestas que darme a mi y al estado.

—Fuiste arrestado por posesión de armas, usurpación de Identidad, secuestro, y por ocultar a una persona que era buscada por la justicia—le dije, dejando los papeles sobre la mesa que nos dividían.

—La encontraste, ¿No es cierto? De otra manera yo no estaría aquí— dijo, y lo observé sin decir una palabra—. Dime que al menos está contigo.

Asentí, el hombre que había sido el mejor amigo de toda la vida de Leah debía de saber todo lo que ella callaba, y yo no iba a pararme un jodido momento hasta que el soltara la verdad, aunque aquello me costara su vida, o hacerle daño. No me importaba.

Colton soltó una bocanada de aire, sus manos se apoyaron en la mesa junto con las esposas—. Sabes perfectamente que no soy culpable de ningún cargo de los que me acusas, Cameron.

—Puedo hacer que te pudras en la cárcel por joderme la vida y no haberme dicho que Leah estaba con vida, por lo que, o me dices toda la verdad sobre lo que ha pasado estos años, o te prometo que morirás este mismo día. Me conoces muy bien y sabes que no dejo de cumplir mis promesas.

Colton me miró duramente.

—¿La quieres?

—Dime lo que ha pasado este tiempo, o te prometo que no sólo tu, sino tu novio también irá contigo al cielo.

—Te hice una puta pregunta—dijo, aunque este estaba notoriamente nervioso luego de haber mencionado a su novio—.¿La quieres? ¿Puedes asegurarme su bienestar?

—No tienes derecho a hacerme ninguna pregunta—le dije, sacando el arma que traía conmigo.

Colton río.

—Esto es inconstitucional, no puedes traerme a una sala a interrogarme, amenazarme y intentar matarme, es contra la ley.

Me acerqué a él con la misma arma en mi mano, desbloqueé el seguro y le apunte directo al rostro, la mano no me temblaba y si tenía que matarlo, así sería.

—Estamos en la CLEA, y aquí, la ley soy yo, te guste o no. Te recomiendo que comiences a abrir la puta boca, porque he tenido un día de mierda y tu muerte podría mejorarla.

—Desde que te llevaste a Leah contigo con ese estúpido contrato cuando ella aún era una niña, dejé de temerle a la muerte.

—Realmente quieres morir, ¿No es cierto?

CRUEL llDonde viven las historias. Descúbrelo ahora