Capítulo catorce.

1.3K 189 104
                                    

Me estaba volviendo loca, esta habitación parecía una celda y era una mierda.

Ya habían pasado días, me daban comida cada cuatro horas y me dejaban colocar la televisión a mi gusto, cada ciertas horas venían guardias a verificar que estuviera bien. A veces, escuchaba gritos de otras personas, conversaciones que no me servían para nada, y muchos sonidos que no entendía para nada.

—Leah Hamilton—susurró el que reconocía como uno de los primos que Cameron que jamás conocí.

—La misma—le dije.

—Mi hombre es Boran Black—dijo el hombre de unos 35 años. Era bastante guapo, su rostro parecía tallado por el mismo Dios que tuvo la mala suerte de crear a Cameron. Sin embargo no logró asustarme ni un poco—. Vengo a realizarte algunas preguntas con respecto a Imperio y Leonardo Evans. Necesito que seas honesta respecto a todo lo que salga de tu boca–dijo, colocando una de mis manos en un aparato que yo reconocí instantáneamente.

—No me digas—susurré—, ¿Vas a usar un detector de mentiras conmigo?

Me lanzó una mirada que no me causó ni cosquillas.

—Si tienes la audacia  de mentirme, lo sabré. Y recuerda, yo no soy Cameron. A mi no me gustan tus juegos y este asunto de la mujer desaparecida no me interesa en lo más mínimo, no si eso pone en riesgo a mi familia.

Le sonreí.

—No hay nada que pueda salir de mi boca.

—¿Ni aún cuando eso te permita ver a tu hijo?—me habló. Mi reacción fue instantánea. Las esposas en mis manos me impidieron abalanzarme y ahorcarlo con todas mis fuerzas.

—No hables de Cam. No te atrevas a involucrarlo.

—Dime lo que sabes, y te prometo que te daré dos horas al día con Cam.

Lo observé, mi corazón latía con fuerza y me odié por verme débil.

—Cameron no lo va a permitir, él no quiere que...

—Ha sido Cameron quien ha dado esa orden.

Claro, cómo no iba a chantajearme el mismo hijo de perra que había creado todo este alboroto.

Reí— Voy a tener a mi hijo conmigo de todas formas. Así que Cameron puede tomar ese trato, y metérselo por...

—¿Enserio te llevarás a Cam? No tiene más de seis, y no te conoce—dijo, mirándome fijamente mientas su pierna se movía—. No tiene puta idea de quien eres y los padres para él son Julie y Cameron, por lo que lo traumatizarás por el resto de su vida si intentas llevártelo.

—Eso no es...

—Cameron es un gran padre—me habló, mirándome a los ojos—, ha hecho todo lo que ha estado en sus manos hoy y siempre por cuidar a proteger a ese niño. Él y Cam tienen una conexión que jamás había visto, por lo que la respuesta es no. Si siquiera intentas en llevártelo, cosa que estadísticamente es imposible, el te odiará de todas formas y para siempre porque no hay persona más importante en su vida que su padre.

Tragué saliva fuerte, el picor en mi garganta me indicaba que pronto soltaría lágrimas de rabia, y porque sabía que tenía razón.

Todo este tiempo, todo lo que yo había sufrido, sería en vano si Cam sufría tan solo un poco con mi aparición. ¿Estaba siendo una egoísta? ¿Estaba dispuesta a herir a mi hijo y separarlo de Cameron por llevarlo conmigo?

—Ahora, responde lo que te voy a preguntar.

No respondí, me limité a observarlo netamente para recordar su rostro y sus palabras a la hora de que el también resultara muerto por desafiarme.

CRUEL llDonde viven las historias. Descúbrelo ahora