Lyra Blair Black, o más bien Weasley, va a entrar a su primer año en hogwarts en el que conocerá a muchísimos nuevos amigos y forjará su reputación en hogwarts ayudando a Harry a salvar la piedra filosofal.
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Se acercaba la Navidad y Lyra se encontraba en su sala común, con los cascos puestos, escribiendo en un trozo de pergamino viejo con una pluma y tinta una pequeña carta con los regalos de navidad que quería que su madre comprara y la enviará con semanas de antelación para planearlo todo.
—"I have tried in vain, never had success, so it seems my life is nothing but a mess... I have lost my only friend"
Hacía semanas que no se sentía tan tranquila como en ese momento, al ser una chica bastante inquieta no había parado de hacer cosas en ningún momento, cosas a las que arrastraba a su inseparable amigo Amir al que en solo un mes habían castigado más de diez veces por su culpa.
El chico de pelo rizado no se enfadaba ya que él mismo era el que quería ir con Lyra a bastantes de esos sitios o ayudarla a preparar alguna que otra broma tanto como para alumnos que ni conocían como para profesores, pero sin embargo si se quejaba mucho una vez estaban en el castigo algo que a la pelirroja le hacía mucha gracia.
La profesora Mcgonagall había aprendido a no quitarles el ojo de encima cuando les veía juntos, pero algo que Lyra no llegaba a entender es como no les regañaba de una forma más brusca o castigaba en algún lado más tétrico o aburrido para ellos. Incluso la slytherin ha llegado a percibir como se le escapaba alguna sonrisa en su serio rostro cuando ella pensaba que ellos no miraban. No entendía aquella empatía que tenía con ellos dos, con su dúo, pero tampoco pretendía quejarse al respecto.
Los castigos que les imponían solían ser en la biblioteca recogiendo y colocando libros, sin poder utilizar la magia, algo que sorprendentemente divertía a ambos chicos. Algunos más pesados habían sido haberse quedado limpiando trofeos antiguos de Quidditch, algo que personalmente le interesaba a Lyra, o fregando restos de té del aula de adivinación, aula a la que Amir le encantaba visitar.
—"Now it seems I have to start again, Merry-go-round... Where am I bound?"
Acordándose de todos esos castigos mientras escribía la lista de regalos, la chica se dió cuenta de que tenía el regalo perfecto para Amir y no necesitaba seguir comiendose la cabeza con ello, no sabía cómo podía no haberse acordado antes de aquella conversación que tuvieron...
Estaban recogiendo en la clase de adivinación por culpa de un castigo, como era de habitual en ellos en ese punto del curso, y la profesora Trelawney, profesora que hizo a la pelirroja replantearse si no se volvería loca si escogiera adivinación como optativa en tercero, acababa de dejarles sin supervisión unos segundos para ir al lavabo.
