Lyra Blair Black, o más bien Weasley, va a entrar a su primer año en hogwarts en el que conocerá a muchísimos nuevos amigos y forjará su reputación en hogwarts ayudando a Harry a salvar la piedra filosofal.
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Lyra ya llevaba aproximadamente dos meses en Hogwarts, dos meses que se la habían pasado volando. Su relación de amistad con Amir había crecido muchísimo esos dos meses, algo que aunque para Lyra era maravilloso para su hermano Ron no parecía serlo tanto ya que de vez en cuando se le veían unas actitudes algo celosas.
La pelirroja también había tenido tiempo de sobra para ir rellenando poco a poco el mapa que les dieron a principio de curso, había apuntado varios pasadizos que había ido descubriendo en sus escapadas nocturnas y alguna que otra localización buena para colocar alguna que otra trampa.
Cabe mencionar también que esas llamadas "trampas", o más bien bromas, habían llevado a que Lyra hubiera sido castigada bastantes veces. Aunque todo esto no la importaba mucho, sus dos hermanos gemelos mayores parecían bastante orgullosos y en los castigos conocía a bastante gente nueva, por lo que en tres meses mucha gente conocía ya a Lyra Weasley.
El castillo de Hogwarts ya era considerado como una casa más y la sala común de Slytherin ya no le desagradaba tanto como antes, aunque algunos de sus integrantes le parecían insufribles. Sus clases, también, eran cada vez más interesantes, una vez aprendidos los principios básicos.
En la mañana de Halloween se despertaron con el delicioso aroma de calabaza asada flotando por todos los pasillos. Lyra amaba esta festividad, todos los años solía disfrazarse con sus padres y hermanos en casa, aunque este año como no era posible había hecho algún adorno navideño (cómo podían ser pines, chapas, horquillas...) que tenían decoraciones de Halloween preciosas y pensaba obligar a todo el mundo a ponerse una.
—¡Daph, Daph despierta! —exclamó Lyra saltando en la cama de su amiga —¡Vamos despierta, es Halloween!
Todas sus demás compañeras de cuarto ya estaban despiertas, y aunque esta vez también habían despertado a Lyra con sus conversaciones mañaneras sobre chicos, al ser Halloween no le había importado tanto.
Daphne había abierto los ojos algo asustada, aunque al ver a la pelirroja a prácticamente dos centímetros de su cara y estar acostumbrada a sus sustos pues cambió la expresión a una sonrisa.
—Buenos días Ly —dijo la rubia levantándose mientras se frotaba los ojos.
—¡Mira! —exclamó la pelirroja sentándose a su lado y dándole una horquilla que había hecho ella misma. En la horquilla se podía ver una arañita hecha con madera, lana, pintada de negro y con purpurina. —La he hecho para tí. En mi casa siempre nos disfrazamos en Halloween y...
—¿Disfrazarse? —interrumpió Pansy. La chica estaba peinándose el pelo y a través del espejo la miraba con burla —¿Tienes tres años? ¿Cómo puedes seguir disfrazandote?
La ojigris la miró con rabia. La relación de Lyra y Pansy no había mejorado en absoluto en estos dos meses, y por más que Daphne lo intentara Lyra nunca dejaría de odiarla.
