8. Perrito de tres cabezas

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˚₊‧ CHAPTER EIGHT ‧₊˚
(THREE HEADED DOG)

˚₊‧ CHAPTER EIGHT ‧₊˚(THREE HEADED DOG)

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—Olfatea por ahí, mi tesoro. Pueden estar escondidos en un rincón.

Era Filch, estaba hablando con la Señora Norris. Lyra miró a los demás chicos, que parecían aterrorizados pero ella con una sonrisa comenzó a correr, parecía una aventura de cuento.

—Seguidme —susurró la pelirroja en un tono que todos podían escuchar.

Se escurrieron silenciosamente hacia la puerta más alejada de la voz de Filch. Neville acababa de pasar, cuando oyeron que Filch entraba en el salón de los trofeos.

—Tienen que estar en algún lado —lo oyeron murmurar—. Probablemente se han escondido.

—¡Por aquí! —señaló Harry a los otros y, aterrados, comenzaron a atravesar una larga galería, llena de armaduras. Podían oír los pasos de Filch, acercándose a ellos.

—¡CORRED! —exclamó la pelirroja con unas risas, y los cinco se lanzaron por la galería, sin darse la vuelta para ver si Filch los seguía. Pasaron por el quicio de la puerta y corrieron de un pasillo a otro, Lyra delante, sin tener ni idea de dónde estaban o adónde iban.

Se metieron a través de un tapiz y se encontraron en un pasadizo oculto, lo siguieron y llegaron cerca del aula de Encantamientos, que sabían que estaba a kilómetros del salón de trofeos.

—¡Qué divertido! —exclamó Lyra una vez habían llegado apoyándose en la pared fría ya que estaba algo cansada de correr.

—¿Divertido? —se quejó Hermione agarrándose el pecho mientras hiperventilaba.

—Creo que lo hemos despistado —dijo Harry, cambiando de tema mientras se secaba la frente.

—Tenemos que regresar a la sala común —dijo Ron— lo más rápido posible.

Y aunque se pusieron en marcha para irse, un pestillo se escuchó y de él apareció Peeves el poltergeist. Los vio y dejó escapar un grito de alegría.

—Cállate, Peeves, por favor... Nos vas a delatar. Peeves cacareó.

—¿Vagabundeando a medianoche, novatos? No, no, no. Malitos, malitos, os agarrarán del cuellecito.

—No, si no nos delatas, Peeves, por favor.

—Debo decírselo a Filch, debo hacerlo —dijo Peeves, con voz de santurrón, pero sus ojos brillaban malévolamente—. Es por vuestro bien, ya lo sabéis.

—Quítate de en medio —ordenó Ron, y le dio un golpe a Peeves. Aquello fue un gran error.

—¡ALUMNOS FUERA DE LA CAMA! —gritó Peeves—. ¡ALUMNOS FUERA DE LA CAMA, EN EL PASILLO DE LOS ENCANTAMIENTOS!

𝕽𝖊𝖕𝖚𝖙𝖆𝖙𝖎𝖔𝖓 (Lyra's Perspective)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora