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—Dejá Nicole, cállate.— Pidió levantándose enojado —Desde ayer que no paras de meterte en todo, ¿No tenes amigos que venís a cagarme a los míos?— Preguntó de mala manera para irse enojado y dejándome con la palabra en la boca, y sola con lucas.
Me quedé callada sin saber que hacer o decir. Lucas comía en silencio y me miraba de reojo, sin acotar nada, sabía que si lo había; lo mataba.
Así que antes de que meta un bocado, me levanté de la mesa y caminé hasta el baño, me lavé las manos y la cara con agua fría, para calmarme. Suspiré y cuando escuché el timbre, salí y caminé al aula, me quedé a un costado de la puerta, y cuándo pasó mateo lo agarré del brazo tirandolo contra mi lado, sin dejar que entrara a clases.
—¿Que mierda te pasa?— Preguntó enojado mirándome
—Que sos un estúpido, eso me pasa, no tenes cinco años pedazo de ridículo, a Camilo le hablaste como el orto, más te vale que le pidas perdón— Hablé enojada y el se empezó a reír —¿Que es lo que te causa gracia?— Pregunté enojandome cada vez más al ver que me miraba con esa sonrisa egocéntrica.
—Cómo lo defendés eh...mira vos, no pensé que por una cogida ya ibas a saltar a defenderlo a capa y espada— Río —Y encima justo vos que-
No termino de hablar porque le pegue un cachetazo, dejandolo callado
—¡CUCCO Y PALACIOS!— El grito de Celis al lado de nosotros; hizo que cerrará mis ojos queriéndome morir
—¿Que te pasa enferma?— Preguntó Mateo tocándose dónde lo había golpeado y elevando su voz
—¿Que les pasa a ustedes dos? ¡Ya a la dirección!— Gritó la directora enojada apuntando hacia donde había dicho —¡Ahora!— Volvió a gritar y empezamos a caminar
—Todo esto es tu culpa, pendeja pelotuda, ¿Que te pensas que sos?— Preguntó enojando mientras caminabamos
—Te lo merecías, me tenés harta, me tratas como si fuese una trolita, como de esas que te cojes vos— Hablé con asco
El río negando —Lo único que tenés de parecido es lo regalada que sos, porque con las que estoy al menos son lindas— Habló frenando en la puerta de dirección
Quise retrucarle, pero no lo hice porque Celis apareció entre medio de los dos, abriendo la puerta...entramos atrás de ella y nos sentamos enfrente de su escritorio y empezamos a hablar.
—Dios— Murmuró la directora negando cuando terminó de escuchar el relato de los dos. —Ay palacios que voy hacer con vos— suspiró mirándolo
—¿Y ella que? ¿Es una santa?— Preguntó enojado
—Mira Mateo, a Nicole la conozco muy bien, y a vos igual, sé cómo te manejas con la gente, y se que Nicole no reaccionaria así solo porque si.— Explico y Mateo giró los ojos
