Pecados Lujuriosos [Sentencia De Pecados #2]

CAPÍTULO 6

Aviso que este capítulo tendrá escenas muy explícitas (+21). Si no son de tu agrado, espera a la siguiente actualización.
No deseo malos comentarios en este capítulo.
Y agradecería la discreción ante estas escenas.

Esto lo leerás bajo tu responsabilidad.

Scarlett Messina.

Cada que sueño con ese hijo de puta, siento como mi coño se humedece a morir. Y al despertar es jodidamente difícil no tener a ese hombre en mi cama.

Por lo que he decidido hacer lo que mejor va conmigo, tomar lo que quiero, guste o no.

Y hoy que es mi cumpleaños, voy a obtener mi verdadero regalo, el que me merezco después de tanto jodido proceso como Signora.

Que hermoso día. 13 de marzo.

Mi café está algo caliente, por lo que soplo un par de veces, antes de darle el primer sorbo.

Miro a la principessa hermosa que come sus waffles con voracidad.

-Dhiara, más lento -le digo a la pequeña hija de Kalinka.

Sí, mi pequeña sobrina está a mi cargo. Ya que su madre hizo la misma sandes que el idiota Alessandro, por lo que yo tengo la custodia de Dhiara.

Deberían dársela a su padre, pero como el imbécil es un capitán de la UFMED, se encargaría de no dejar a Dhiara ni un segundo más con su madre.

Creo que se llamaba Matías Castro. No lo sé y no me importa.

Sus ojos están fijos en mí, obedeciendo a lo que le dije, detallo esos hermosos ojos avellana, parecidos a los de Kalinka. Pero tiene el cabello algo rubio, justo como el capitán.

-ve más despacio, ¿Sí? -inquiero, aún con la taza de café en mi mano- no queremos que vomites.

-sí, tía -sonríe, dándome a ver esos pequeños y lindos dientes de leche.

-de antemano te aviso que estarás todo el día fuera de la mansión, irás con Artem y los demás guardaespaldas a dónde tú quieras, y puedes hacer con ellos lo que tú quieras -le doy otro sorbo a mi café.

-¿Le puedo poner una peluca a Artem? Es que está calvo.

Suelto una pequeña carcajada ante la idea de mi pequeña sobrina y asiento varias veces.

-todo lo que esa cabecita loca te diga -alego- todo, Dhiara.

-¡Artem, tendrás una peluca de arcoíris! -grita la menor.

«lo que le espera a Artem, pobrecillo». Niego con la cabeza y me levanto del gran sofá, a pasos lentos me acerco a Dhiara y beso su coronilla.

-¿Qué aprendimos de Yesica Beltrán? -le susurro a la niña- ¿Pórtate mal...?

-para que me vaya bien, tía -chilla la niña, bajando de la silla.

Su tutú se alza un poco pero lo acomoda y corre con sus alitas de mariposa hacia Artem.

Me fijo en lo paternal que es Artem con ella, al tenerla alzada en sus brazos. Él quiere a Dhiara, y la pequeña lo ve como una figura paterna; Y es mejor que lo vea a él de esa manera, no a su verdadero padre.

Que debe tener el rabo entre las patas del miedo al saber que Kalinka está viva, y se morirá de un puto infarto cuando el mundo se entere que el respetable capitán Matías Castro, tiene una hija de 4 años con la convicta hermana de Alessandro Messina.

Me gustaría verle la cara a ese infeliz cuando lo sepa.

Porque entre cielo y tierra no hay nada oculto, y él algún día lo sabrá.