Capítulo 16

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Los días siguieron su curso. Mientras Butcher y Vengador pensaban que su relación era clandestina e ideaban un plan para destruir a Vougth, el director ejecutivo seguía al pendiente de sus movimientos y de igual manera, tramaba un plan para hacerse de Lenny y asesinar a Billy y a Ryan. No podía matar a Vengador, era la marca personal de su compañía;además, piensa que no vivirá lo suficiente para ver a Lenny gobernar el mundo pero eso no impedirá que pueda aprovecharlo al máximo. Ya tiene una celda destinada para el engendro en el laboratorio privado de Vougth. Pero primero, debe deshacerse su principal obstáculo. Sus malditos y desquiciados padres y para ello, utilizará al mejor héroe que tiene a su disposición.

Vengador no es inmortal, se ha dado cuenta de los cabellos que deja en su traje, está envejeciendo. Butcher no es tan poderoso como el rubio, aún cuando sus poderes son bastantes similares no hay un control total de ellos, en lo que respecta a Ryan es un puto maricón como Vengador, nieto o no de Caporal, no hace más que depender del inglés y ni siquiera es su padre. El único digno de ser un descendiente de Caporal es Lenny.

Ojalá Ben compartiera sus mismos planes. 

Dicen por ahí, que el amor te hace ciego y tiene que dar cierto crédito a esa tonta y ridícula información. Conoce a William Butcher, ha convivido con el hombre, sabe que es peligroso, un maldito manipulador y que está loco. El hecho que sea un ex agente de la CIA., ha complicado su misión de seguirlo y enterarse de la ubicación de los niños, no obstante, y gracias al afán de Butcher de recuperar al amor de su vida, el hombre ha bajado la guardia. Se ha vuelto descuidado y no se dio cuenta de la presencia del soldado que lo ha seguido a todos lados hasta que lo vio entrar a esa cafetería donde se reunió con la anciana, seguir a la hermosa mujer y encontrar a los mini súpers fue pan comido. Ya lo había logrado antes, pero Billy no era idiota y no confiaba del todo en él así que no le sorprendió que su flamante yerno volviera a desaparecerlos.

Conoció a Lenny una noche de invierno. Cuando había perdido las esperanzas de poder entrar en su habitación, la vieja le dio un beso en la frente y salió a prepararse un té, bendita Mallory Grace y su adicción al té porque sólo así tuvo una oportunidad. Ya había probado antes, pero cuando Ryan es el compañero de cuarto de Lenny, no hay poder humano que haga que el jovencito abandone la habitación de su hermano menor. Debe de reconocer que al menos sus nietos, no han crecido en un entorno carente de amor. 

Ben ya había visto antes a Lenny. Pero esa noche realmente conoció al niño y aunque todos decían que era una mini versión de su padre, la realidad era que el menor era una versión de todos sus familiares. Sí, el cabello rubio y los ojos azules pertenecían a su psicópata hijo, pero la nariz y la boca del niño fueron heredadas del inglés. De su persona pudo reconocer su mirada, esa que pone cuando está frente a algo desconocido; lo que aún no descubría era a quién le pertenecía la sonrisa del infante, esta era arrogante, burlesca, satírica y encantadora a la vez. 

Le sorprendió la valentía del más pequeño de los Butcher. Al instante se percató de su presencia pero no lloró, no percibió miedo en él. Lo observó detenidamente desde su cabello hasta sus pies y después de unos minutos le sonrió como si supiera que estaba frente a su abuelo, estiró sus manitas y él tuvo que cargarlo. Cuando estuvo en sus brazos, se recargó en su hombro derecho y así se quedaron cerca de media hora; cuando escuchó la respiración pausada de Lenny, tomó asiento en la silla mecedora que reposaba al lado de la cuna del menor y lo recostó en sus piernas. Admiró cada centímetro de Lenny, cada gesto que hacía mientras dormía, sintonizó sus respiraciones y le asustó el sentimiento que se instaló en su corazón: añoranza. 

Añoranza de retroceder el tiempo y enterarse de la existencia de Vengador para poder sostenerlo en sus brazos y guiar sus pasos. Si hubiera estado en su vida, Vougth nunca hubiese tenido acceso a él, no sería un experimento sino un ser humano. Ya no quería a Lenny para controlar el mundo, ahora, en estos momentos quiere lo mismo que Butcher, quiere sentarse en un cómodo sillón, quizá igual que cómodo que la mecedora mientras se fumaba un porro, al fondo, Ryan y Lenny jugando mientras la mismísima Mallory Grace está preparando la cena para él y sus nietos. La edad a veces te hace querer estupideces.

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