Poseidón era un dios, el gobernante de los océanos y los terremotos. Segundo hijo y quinto vástago de Cronos y Rea.
Era un progenitor, un hermano, un tío, un primo, un padre. Poseidón era padre. Amaba a todos sus hijos, engendrados por su esencia. Sin importar cuántos vástagos hubiera tenido, todos, sin excepción, venían al mundo con una faceta monstruosa.
No obstante, los amaba, a todos. Sus niños, surgidos de las mareas violentas y los terremotos que cobraban vidas. Sus hijos divinos, fruto de su amada consorte.
Tritón, Rodas, Benthesikyme, Cimopolea.
Eran su luz, los amaba con todo su ser. Sin importar su apariencia o género, los amaba a todos. Eran suyos hasta el final.
Pero había un hijo al que amaba más.
Su Percy. Su adorada perla.
Percy nunca se asemejó a ninguno de sus anteriores vástagos. Siempre fue la mejor versión de Poseidón: la marea apacible, el océano sereno, esa parte del mar que guiaba a los barcos hacia la seguridad de la costa, ese aspecto protector y amoroso de Poseidón. Siempre fue excepcional.
Su amado hijo nació con la belleza del mar, y Poseidón sufrió hasta el último de sus días mientras su hijo aún era mortal. Percy era su hijo, ¿qué padre desearía ver morir a su hijo más amado?
Siendo una deidad, había presenciado la muerte una y otra vez, incluso había sido causante de ella. Había visto a los humanos suplicar y ahogarse en sus aguas, pero nunca le importó. Se deleitaba en la crueldad que residía en su alma. Nunca había temido a la muerte ni al dolor, nunca había tenido necesidad de hacerlo.
Hasta el día en que Percy nació.
Su chico era su adoración, y Poseidón se acostumbró a observarlo a escondidas. El sufrimiento y el miedo que corroían su pecho eran los más intensos que jamás había experimentado en su existencia inmortal. Su Percy apenas tenía quince años y ya estaba en camino hacia una muerte mortal.
¿Acaso el destino se estaba burlando de él?
Nadie celebró como él cuando la profecía se cumplió. Su hijo estaba a salvo, su audaz y hermoso hijo estaba a salvo, y Poseidón no podía ser más feliz.
Cuando Percy comenzó a pasar más tiempo con sus parientes divinos, todos pudieron percibir el cambio que su chico había traído consigo.
La felicidad que emanaba Percy era palpable para todos. Cada vez que irrumpía en las reuniones solo para desafiar a su tío, era la alegría matutina, verlo reír y bromear con Apolo y Hermes, sentarse a conversar con Quirón y Dionisio, cuando aprendió a llevarse bien con Ares.
La paz llegó al Olimpo, muchas disputas se apaciguaron cuando Percy estaba presente. Pero también llegaron los temores, Percy era mortal, en cualquier momento podía fallecer. Un pequeño error y su niño sería arrebatado de sus manos. Podría quedar en los dominios de Hades, tal vez residiría en el Eliseo o sería reencarnado. Pero Poseidón no lo volvería a ver.
No podía permitirlo.
Zeus lo convocó a una reunión, donde todos los olímpicos estaban presentes. El tema de discusión era su hijo; deseaban otorgarle la inmortalidad. Por un instante pensó en negarse. Percy nunca había anhelado la inmortalidad. Pero sus temores inundaron su mente y solo pudo aceptar.
Poseidón no mentiría, no se arrepentiría de que su hijo fuera inmortal. Era su hijo, no dejaría que muriera. Pero sí lamenta no haberlo intentado mejor. Pudo haber tratado de persuadirlo. Pero el camino más sencillo siempre fue el que trajo más complicaciones.
Su hijo lo odió, él pudo verlo, los gritos de su hijo aún resonaban en su cabeza. Resonaban con fuerza, junto con el dolor que sentía. Pero su dolor nunca pudo igualar al que sentía su hijo. Percy se encerró durante un año entero y Poseidón nunca se sintió tan culpable en toda su existencia.
Nunca pudo acercarse a su chico hasta el funeral del hijo de Hebe. Fue en ese momento cuando Percy le permitió tocarlo y brindarle apoyo en su dolor. Su hijo podía odiarlo, pero su corazón siempre anhelaría a su padre.
Cuando comenzó a creer que todo iría bien, recibió la noticia de que su perla había desaparecido. Su furia desató terremotos en la tierra, sus hermanos intentaron calmarlo, pero ¿cómo podría hacerlo? ¿Cómo podría encontrar paz cuando sus hermanos aún tenían a sus hijos vivos y su chico le había sido arrebatado?
¿Por qué debería tener piedad de un mundo que no mostró piedad hacia su hijo? No le importaron las súplicas ni las ofrendas, nada le importaba, solo deseaba tener a su hijo de vuelta en sus brazos. Pero su Percy nunca regresó.
Los dioses comenzaron a fracturarse, sus lados romanos empezaron a luchar por tomar su lugar. Pero Neptuno solo ansiaba salir a buscar a su propio hijo, quería encontrarlo y acunarlo en sus brazos como lo había hecho cuando era un bebé.
Neptuno había tomado a Percy como su hijo. Y él también deseaba venganza.
Poseidón tuvo que presenciar cómo, cuarenta años después de la desaparición de Percy, el mundo comenzaba a desmoronarse.
Aunque Poseidón ya se había desmoronado mucho tiempo atrás.
Holaaa bellezas,
Lamento haber tardado tanto. Pero todo tiene un justificación lo prometo 😔🤚.
Y esa es que mañana salen dos de mis historias que más me piden por TikTok. Que son 'End of Beginning' del fandom de Percy.
Y 'My blood' Que esta si viene de un fandom nuevo que sería el de 'la casa del dragón' o 'house of the dragon'
Así que estoy muy emocionada y espero de todo corazoncito que las apoyen ya que la he estado preparando hace un tiempo.
Eso sería todo 💋💋.
‼️Headcanon‼️
• La desaparición de Percy estaría ubicada en el 2026, ya que tomó la divinidad en el 2016. Y ahora estamos ubicados en el 2066.
• Poseidón no ha salido de su dominio por los últimos 20 años.
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❝ Always an Angel. ❞ - - ̗̀๑❪ Percy Jackson
Fantasy𝐀𝐋𝐖𝐀𝐘𝐒 𝐀𝐍 𝐀𝐍𝐆𝐄𝐋 | ❛Madre te pido que me protejas, y yo prometo darte tu ansiada libertad❜ Pilar, descendiente de Apolo, habitante del campamento Mestizo, fue encomendada con la misión de hallar las perlas de la unión. Los dioses, en un...