❛4. El peso de la culpa❜

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Dioniso deleitó su paladar con un sorbo de su copa mientras desvanecía el mensaje como un arcoíris fugaz

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Dioniso deleitó su paladar con un sorbo de su copa mientras desvanecía el mensaje como un arcoíris fugaz. Cerró los ojos, sintiendo cómo el tamborileo de una migraña amenazaba con invadir su cabeza. Suspiró y se llevó la mano a la frente, apretándola con firmeza.

Su cuerpo se agitaba inquieto, como el de todos los olímpicos. Su contraparte romana se agitaba inquieta, buscando tomar el control. Todo este asunto de las perlas estaba empezando a estresarle en exceso.

Aún recordaba, como si fuera ayer, aquel momento hace veinte años, en medio de una reunión en la que se discutía la rebeldía de sus contrapartes romanas. Apolo lanzó una profecía.

'La potente voz del rey resonó en la sala de reuniones. Los trece olímpicos se alzaron poderosos en sus tronos, tratando de evitar caer en el pánico que se apoderaba de ellos.

Dioniso observó a sus hermanos; Atenea cambiaba su apariencia con frecuencia, a veces parecía una bibliotecaria y otras una guerrera sedienta de sangre. Artemisa parecía tener dificultad para decidir su edad, pasando de niña a adulta o adolescente. Sus ojos brillaban con intensidad, y sus manos descansaban sobre los reposabrazos, apretándolos con fuerza, haciendo crujir la piedra en la que estaban tallados. Hermes era quien parecía tener más problemas, su apariencia cambiaba cada pocos segundos: rubio, moreno, ojos celestes o marrones, piel perfecta o arrugada, europeo o asiático. Se retorcía impaciente en su trono. Apolo estaba tranquilo, el hijo perfecto de su padre, pero sus ojos parecían ser el sol mismo, con plagas a su alrededor esperando para atacar. Mantenía las manos fuertemente entrelazadas. Ares observaba analíticamente a todos en la habitación, sus ojos oscilaban entre la locura y la seriedad.

Todos estaban cayendo en la locura.

Él mismo no se sentía bien, pero estaba más tranquilo que sus hermanos. Dioniso era el dios del éxtasis y la locura, y la locura que Baco le transmitía era simplemente emocionante para él.

No prestó atención a las palabras de su padre. Todos en esa sala sabían lo que estaba sucediendo, y el único capaz de mantenerlos unidos no estaba presente.

Y debían luchar para evitar la separación.

Dioniso alzó la cabeza al sentir movimiento a su lado. Vio cómo Apolo se levantaba, con los ojos brillando en un dorado resplandor. Su voz sonaba como mil voces unidas, y la tierra tembló cuando una nueva profecía tocó el Olimpo.

- En pos de la anhelada redención, aquellos seres de estirpe divina deberán despachar a la descendiente del resplandeciente astro. En su búsqueda, deberán desentrañar los pétalos sagrados que una vez adornaron a ese ser transitorio. Si la unión es su suprema aspiración, entonces el perdón les será otorgado como un bálsamo sanador. -.

Y de repente, la sala se sumió en el caos.'

Suspiró con fuerza mientras observaba a las ninfas jugar en su templo. Se levantó de su trono y se dirigió decidido hacia la salida, buscando a Hermes.

❝ Always an Angel. ❞             - - ̗̀๑❪ Percy JacksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora