Jon se levantó un poco más temprano
de lo normal, se dió una ducha, se vistió
con (según él) su mejor conjunto, y ahora estaba sentado en una sillita de mimbre junto a la ventana, esperando a ver movimiento en la casa de los "vecinos", o simplemente esperando el momento adecuado para ir a tocar la puerta.Todo tenía una razón, Jon quería ver si
podía pasar algo de tiempo con Matías.Para hacer amistad, claramente.
Su madre bajó las escaleras, mirándolo con genuina preocupación.
-¿Jon? - Preguntó la mujer, acercándose
a su hijo, puso una mano en su frente,
comprobando su temperatura.¿Te enfermaste o algo?- Preguntó con una sonrisa, Jon negó.
- No pude dormir más. – Mintió, su mamá fingió creerle, yendo hasta la cocina.
-¿Y por qué?, Siempre duermes hasta tarde en verano, que milagro. – Ana tenía un tono evidente para molestar a su hijo, Jon no la miró.
- No sé, algo no me dejaba dormir.
-¿Y ese algo no será el caraqueño de al
lado? - Jon enmudeció, no dijo más, le daba vergüenza.- No lo conozco, le quiero hablar para ser amable y listo. - Mintió Jon, en eso vió un castaño que lucía algo perdido, salía de la casa vecina.
Aramburu apartó su vista de la ventana rápidamente, su mamá rió.
- Bueno mi corazón, si tú dices. – Lo
molestó su madre, Jon se arregló un poco la ropa, y salió de su casa con evidente vergüenza.Se acerco a Matías con cuidado para no
asustarlo como la primera vez, este apenas lo vió sonrió algo avergonzado.Y es que Matías se sentía culpable por todo lo que había pensado de Jon la noche anterior, se sentía extraño.
Sin embargo no podía evitar sonreír ante el castaño.
- Buenos días. - Murmuró Jon, metiendo sus manos en los bolsillos de su short, Matías sonrió más amplio, sentándose en el pasto.
- Buenos días, Jon. - soltó Matías, había
algo raro.-¿Cómo dormiste?- Preguntó Jon con la voz más chiquita, se sentía algo tímido.
Matías enmudeció.
Y es que casi no había dormido, pensando demasiado en que su estadía en aquel campo sería un poco compleja.
Había sido como lo que la gente denomina un "flechazo".
Sin embargo Matías no podía llamarlo así.
- Bien. - Mintió, Jon se sentó junto a él,
suspiró.-¿Quieres hacer algo?- Propuso Jon
con una sonrisa, Matías disipó todo mal
pensamiento, y con los ojitos brillantes,
asintió.-¿Te llevo a dar una vueltecita por
ahí? - Jon hizo un gesto con sus manos haciendo referencia a pasear por el campo.Matías, como un niño pequeño, asintió
varias veces, Jon se levantó rápido, le
tendió una mano a Mati para levantarlo del pasto.El castaño tomó tímidamente esa mano, sintiendo los fríos dedos de Jon sobre los suyos, algo raro se instaló en su pecho.
Jon por su parte, estaba actuando muy
obvio, pero según él, era sólo por cortesía.Matías se levantó con ayuda de Jon,
Soltaron sus manos en cuanto ambos
estuvieron de pie, Jon le hizo una seña a
Matías para que lo siguiera, este hizo caso de inmediato.