NO TE PRESIONES, SIGUE TU PROPIO RITMO

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Capítulo 3: No te presiones, sigue tu propio ritmo

En un mundo que celebra la rapidez y la eficiencia, es fácil caer en la trampa de la autoexigencia y la comparación constante con los demás. La presión para seguir el ritmo acelerado de la vida moderna puede llevarnos a sentirnos abrumados y a olvidar que cada uno de nosotros tiene su propio ritmo y su propio camino.

Para bien o para mal, eso lo decidiras tú, vivimos en una sociedad con predominancia individual, donde el estrés y la ansiedad se convierten en una parte natural de la vida cotidiana. La presión por alcanzar el éxito y cumplir con expectativas altas contribuye a la prevalencia de estos estados emocionales. La competencia constante y la necesidad de destacarse generan un entorno en el que el estrés se percibe como un aspecto inherente de la vida. Como algo "natural", que no se puede cambiar... para nuestro agrado, eso es mentira... esta "naturalizado".

En este capítulo, entonces, se explorará la importancia de no presionarse y de seguir el ritmo que es adecuado para cada uno, en lugar de ceder a las expectativas externas.

LA TRAMPA DE LA COMPARACIÓN:

Vivimos en una era de constantes comparaciones gracias a las redes sociales y los estándares sociales. Nos medimos contra los logros y ritmos de los demás, olvidando que cada persona tiene un camino único. Esta comparación puede generar ansiedad y desmotivación... o, en mi caso, una lesión de rodilla...

Recuerdo cuando entrenaba en el gimnasio con un amigo de la secundaria... Recuerdo de esforzarme diariamente para superarlo; si bien lo admiraba, al mismo tiempo, me encontraba celoso por su aspecto físico y por su fuerza para levantar peso. Me consideraba inferior, y, decidido a sacrificarme más que él, comencé a entrenar más duro para conseguir mejores resultados y "superarlo". El resultado: una lesión en la rodilla derecha.

Ya casi cumplidos un año de este acontecimiento, y reflexionando sobre esa experiencia, recuerdo las palabras de un profesor amigo: "La comparación solo trae rencor e indignación... como en el gimnasio, donde se huele testosterona y todos se comparar para ver quién levanta más (para no decir que quien la tiene más grande). Sin duda, un reflejo de la sociedad actual... No caigas en esa trampa; la trampa que la sociedad moderna quiere que caigas".

Esta experiencai me enseño que la comparación, en consonancia de una muy baja apreciación y conocimiento propio, no solo es desctructiva, sino que también nos desvía de nuestro verdadero camino y bienestar: el camino del camino propio... de la verdadera autenticidad.

De esta manera, se puede decir que la sociedad muchas veces impone un "reloj" en cuanto a logros y metas. Ya sea alcanzar el éxito profesional, formar una familia o conseguir un estatus determinado... Estos "relojes sociales" pueden hacernos sentir que estamos atrasados si no seguimos el ritmo esperado.

Sin embargo, la sociedad no tiene la culpa, aunque parezca que la estoy excusando. En realidad, nadie tiene la culpa. La culpa es una carga innecesaria en este viaje (que es la vida en sí) en el cual debemos emprender livianos. La sociedad es un conjunto de individuos, de nosotros mismos... que forma algo único y trascendental. Entonces, los que la formamos somos nosotros, por lo que no se le puede atribuir culpa, sino entender que ha habido un proceso socio-histórico que nos ha moldeado hasta este punto. Entenderlo, y entender que las cosas pueden ser de otra manera, es clave para comenzar a pensar desde "afuera" de la ruleta capitalista-productivista actual, que mide al exito por tener más que el otro. 

*Aclaro que ver desde afuera no implica dejar de vivir como lo estas haciendo. Simplemente entender que hay otras formas en las que podrias pensar y, por ende, vivir tu vida. Nada en tu biología te lo impide.

ENCONTRAR TU PROPIO RITMO:

Indudablemente, para seguir nuestro propio ritmo, es necesario conocernos a nosotros mismos. Esto implica comenzar a entender nuestras fortalezas, debilidades, intereses y límites. Al conocernos mejor, podemos establecer metas realistas y seguir un camino que resuene con nuestra verdadera naturaleza.

VIVIR LA VIDA SIN REMORDIMIENTOS NI CULPASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora