Capítulo 8: Creciendo...
Podemos decir que toda la vida estamos creciendo, especialmente en el plano espiritual. A lo largo del camino, distintas experiencias nos van moldeando, transformando y, en última instancia, ayudándonos a evolucionar. Es un proceso continuo, donde cada paso, cada caída y cada éxito contribuyen a nuestra madurez y a nuestra comprensión del mundo y de nosotros mismos.
Detrás de cada persona que parece segura de sí misma, suele haber alguien que alguna vez estuvo en guerra consigo mismo. Detrás de cada persona que aparenta ser "fuerte", hubo alguien que en algún momento se sintió "débil". Detrás de cada persona de "éxito", hubo alguien que persistió, incluso cuando no veía resultados. Detrás de cada persona sabia, hubo alguien que cometió muchos "errores" y "fracasos". Y detrás de cada persona feliz, hubo alguien que superó mucho dolor y "decepción".
Estas frases, inspiradas por la filosofía del estoicismo, me sirven como punto de partida para este capítulo. Aunque no comparto completamente todas estas afirmaciones, considero que capturan la esencia de lo que hacemos a lo largo de la vida: crecer, madurar y, finalmente, trascender.
Verás que he puesto ciertas palabras entre comillas, como "errores" y "fracasos", porque no considero que existan en un sentido absoluto. Más bien, son aprendizajes necesarios para vivir una vida más plena y significativa. Podríamos decir que una vida exitosa requiere de estas experiencias que tradicionalmente llamamos "errores".
Pero, ¿Qué implica realmente crecer? ¿Qué significa madurar? Puede que algunos piensen que no soy la persona más adecuada para responder a estas preguntas (o tal vez yo mismo me vea de esa forma), dado que tengo 20 años. Sin embargo, ¿Acaso la edad es un factor determinante para poder hablar de la vida con autoridad? ¿Realmente la edad valida quién es apto y quién no? En mi opinión, no es así. A menudo, encontramos las mayores lecciones de vida en los más jóvenes, aquellos que aún están conectados con su esencia pura y auténtica. Me refiero a los niños pequeños y a su naturaleza radiante.
A medida que crecemos, pasamos por un proceso de adaptación a las normas y expectativas de la sociedad, lo que a veces nos lleva a perder de vista nuestra autenticidad. Este fenómeno, que algunos llaman el "Velo del Olvido", implica que comenzamos a estructurar nuestra mente de acuerdo con lo que la sociedad considera correcto, nublando temporalmente nuestra esencia original. Nos perdemos para poder encontrarnos más adelante, y así, pasamos el resto de nuestra vida humana, creando experiencias que nos acercan cada vez más a esa esencia de la que alguna vez nos separamos voluntariamente.
El crecimiento, entonces, no es lineal ni fácil. Es un camino que a veces parece retroceder antes de avanzar, pero que siempre está orientado hacia la evolución de nuestra alma. Podemos estar varias, o incluso miles de vidas, en este proceso, hasta lograr encontrar esa sinfonía perfecta donde nuestra alma se sienta plena y satisfecha.
Te invito a enfocarte en el proceso, no en el resultado. Enamórate de cada paso que das en la construcción de tu vida, porque es en ese trayecto donde reside la verdadera magia. Cuando nos enamoramos del proceso de crear y de vivir, dejamos de preocuparnos tanto por cuánto tardaremos en alcanzar nuestras metas y empezamos a disfrutar cada momento del viaje.
En la vida humana, siempre nos sentiremos incompletos si nos enfocamos solo en "conseguir". Ya dentro de nosotros tenemos todo lo necesario para estar completos. Esta completitud no se basa en lo material, sino en la esencia y en la perspectiva desde la cual miramos la vida. Las experiencias seguirán ocurriendo, pero cómo elegimos percibir y responder a esas experiencias está en nuestras manos. Podemos optar por ver la vida como una serie de obstáculos y desafíos sufridos, o podemos elegir verla como un viaje mágico, lleno de oportunidades para el crecimiento y la expansión.
Te invito a considerar esta segunda opción al crecer. Decide ser feliz, no porque hayas alcanzado una vida convencionalmente "perfecta", sino porque has elegido vivir desde el corazón y desde tu esencia más auténtica. Acepta tu sombra como parte fundamental del proceso, y permite que la luz entre en tu vida.
Decide ser feliz porque es tu momento. Porque has pasado toda la vida soñando y ahora es el momento de hacer esos sueños realidad. Mereces lo que sueñas, y es tu vida la que anhela ser vivida, no para complacer a otros, sino para cumplir tu propio destino.
Es tu vida, son tus aprendizajes y tus experiencias, y sobre todo, es tu magia la que marca tu paso por este mundo. Crecer significa reconocer y honrar esa magia, y vivir con la convicción de que estás exactamente donde necesitas estar, haciendo exactamente lo que necesitas hacer.
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VIVIR LA VIDA SIN REMORDIMIENTOS NI CULPAS
Spirituale"Vivir la vida sin remordimientos ni culpas" es una guía introspectiva y transformadora que invita a los lectores a embarcarse en un viaje hacia la autenticidad y el bienestar emocional. A través de una serie de capítulos profundamente reflexivos, e...