Capítulo 20: la asociación.

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Cuatro años antes/

Después de ser llevado por el policía, Max despertó en una estación subterránea junto a otros niños, buscando con la mirada a Tiara con miedo.

- No, se lo prometí a Paul.

Max se desesperó con cada minuto que no encontraba a Tiara, pero solo vio niños y policías, recordando como ese policía le golpeó en el rostro para dejarlo noqueado y llevarlo a la fuerza, entrando en él una rabia que se intensificó con solo imaginar a Tiara siendo comida por muchos infectados hambrientos, abalanzándose en un policía.

- ¡¡Bastardos, Tiara sigue en la escuela!! ¡¡porque no la trajeron!!

Max mordió el brazo de el policia, dejandole una marca, pero el policía no se movió, aguantando la mordida con cara triste.

- Chico... no somos tan fuertes, lo siento por tu amiga.

Justo con esas palabras entraron por las escaleras cargando a un policía con el cabello canoso, teniendo una mordida en el brazo y cuello, jadeando con poca fuerza.

- Capitán Cosmo, denos su última orden.

Al parecer ese policía herido y infectado se llamaba Cosmo, cosa que a Max le llamó la atención, acercándose a Cosmo mientras derramaba lágrimas de resentimiento.

- ¿Mi amiga no puede ser traída cuando no estaba infectada pero ese viejo si? Ustedes... ¡¡Son unos hipócritas!!

En ese momento de forma inconsciente Max despertó su don, Liberando unas ondas vibratorias que golpearon a todos, haciendo temblar los órganos de todos los presentes sin distinguir amigos o enemigos y dejando inconscientes a los niños.

- ¡¡Tiara no había sido mordida!! ¡¡pero la dejaron a su suerte acostada en esa camilla!! ¡¡los odio!!

Cada palabra esparcia vibraciones que lastimaba de forma interna a todos los presentes, pero fue detenido por el moribundo Cosmo, quien le abrazo para calmarlo, palmeando la espalda.

- Niño... perdón, no todos pueden ser salvados.

Cosmo vomito algo de sangre mientras luchaba para seguir manteniendo la conciencia, acariciando a Max mientras sentía como su mente era golpeada por pensamientos caníbales.

Max, dejó salir su resentimiento en un llanto, abrazando el abrigo de Cosmo, golpeando el pecho de Cosmo mientras lloraba.

....

...

..

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Max junto a todos esos niños fueron llevados en el tren, siendo llevados a una base militar y pasando dos años siendo entrenados como soldados, despertando sus dones y aprendiendo a controlarlos.

Después de un entrenamiento dentro de un cuarto capas de aguantar sus ondas vibratorias, sudando mientras comprimía las vibraciones en un solo punto para disparar en linea recta contra la pared, dejando un agujero de 5 centímetros de profundidad.

- Eso fue bueno, no esperaba nada de él Alfa de los evolucionados.

Max volteo la cabeza para ver el dueño de esa voz, encontrando a Cosmo, quien se había salvado de forma milagrosa a la infección con solo fuerza de voluntad, pero sufriendo una mutación demasiado desgarradora en los ojos, causando que todo aquellos que vea a los ojos sienta la mirada de un depredador, creando un miedo interno en todos si no tenía gafas de sol. 

- Alfa mi pie, solo soy fuerte y ellos débiles.

Cosmo soltó una carcajada con esa respuesta de Max, palmeando la espalda de Max con fuerza.

- Si, lo que tu digas mocoso.

Max casi se cae con esas palmadas que le sacaron el aire, mirándolo con odio, caminando a una mesa para cambiarse la camisa.

- Oye canoso, ¿ya hablaste con los militares para dejarnos salir a exploraciones? los chicos ya son evolucionados de segundo grado y yo de tercer grado.

Max preguntó con desden, mirando a Cosmo de reojo, notando su cara algo tensa.

 - No es tan fácil, ustedes son un recurso demasiado valioso, los altos mandos son paranoicos con ustedes.

Max chasqueo la lengua con molestia, saliendo de el cuarto de entrenamientos personalizada, siendo seguido por Cosmo, quien se acomodó las gafas de sol mientras saludaba a los otros chicos que entrenaban sus dones.

- Entiende que no tengo una posición alta en esta asociación, solo soy un mutante consciente y representante de tu equipo así que esto tardara mucho.

Max no le contesto mientras seguía caminando ignorando a Cosmo mientras revisaba a su equipo, el cual eran chicos con dones que él lideraba, notando algo extraño.

- Oye soldado, alejate de mi protegida.

Max dejó que su don se manifestaba contra un soldado que intentaba llevarse a una niña de 13 a otro lugar, lastimando sus órganos con una poderosa vibración, dejando en el suelo al soldado sin aire. 

Con algo de molestia Max pateó en la cara al soldado, llevando a la joven niña devuelta a la habitación de su escuadrón evolutivo.

- Gracias Max, estaba asustada.

- No te alejes de el escuadrón, ellos ya no son de toda confianza.

Cosmo vio esto con un suspiro, los militares habían cambiado con la caída de la humanidad, no habían muchas mujeres, por lo que se creó una abstinencia en los soldados, llevándolos a extremos, dejando la moral atras.  

No era la primera vez que los soldados hacían eso, y lo peor era que los altos mandos no hacían nada al respecto, pero les daban el derecho a los chicos evolutivos a matar a sus agresores.

La humanidad había cambiado con la llegada de la infección, dejando que los fuertes decidieron sobre la vida de los débiles, y no cambiaría.

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Tiempo actual/

Max observaba desde la cima de un edificio como una tormenta se formaba en medio de la noche a la distancia, había alcanzado el octavo grado evolutivo, mejorando sus sentidos más allá de lo conocido y su don podia dejar como pasta de carne a los infectados con una palabra.

- Morfex, Nyssa y Rahengal, vayan a esa dirección y averigüen qué evolucionado está haciendo ese cambio atmosférico, les dare un aventón.

Max dejó que su don aislará el aire en frente a él, apuntando con precisión para crear un cañón de vibraciones que impulsaria con mucha potencia sin despedazarlos.

- ¿Estás seguro que ya sabes hacer el cañón? no quiero aterrizar contra el suelo como la última vez.

El chico conocido como Morfex hablo con desconfianza, pero fue pateado por una chica, cayendo en el cañón de vibraciones y saliendo volando mientras gritaba en maldiciones y desaparecía en la distancia.

- ... Sip, es seguro, el pokemon aterrizó bien, sigo yo.

La chica que pateó a Moefex llamada Nyssa fue la siguiente, saltando al cañón invisible de vibraciones para salir volando con potencia mientras reía con diversión y desapareciendo a la distancia, dejando solos a Rahengal y Max.

- No, ni loco, negativo, eso no lo haré y no me obligara.

Max sonrió con malicia y se abalanzó contra Rahengal, agarrándolo por la nuca con mucha rapidez y sin esfuerzo para lanzarlo contra el cañón de vibraciones, siguiendo el mismo destino que Morfex y Nyssa.

- ¡¡NOOOOOOOOOOoooooooo!!

Max se pudo reír con el último grito de Rahengal, dándose la vuelta para caminar a la base de la asociación.


El comienzo de la evolución.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora