Capítulo 5

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Al abrir los ojos me di cuenta de que aún era de noche, y en algún momento de esta Draco había puesto su brazo alrededor de mi cintura, lentamente lo fui despertando.

- Draco, despierta, tenemos que volver al castillo – soltó un quejido – Draco Malfoy despierta ya.

- Cállate y déjame dormir – apretó más su agarre.

- Draco – repetí y finalmente abrió sus ojos.

- ¿Qué quieres? – preguntó y recargó su cabeza en su mano libre, en ese momento me di cuenta que estábamos muy cerca

- Tenemos que regresar al castillo, si lo hacemos hasta la mañana harán muchas preguntas y no creo que quieras que te vean o asuman que te cae bien la traidora a la sangre – decirlo me dolía pero no tanto como que me lo dijera alguien más.

- Tienes razón serian muchas preguntas que contestar, pero Lía si no te gusta ese apodo y me hiciste prometer que yo ya no te diría así, tu tampoco lo hagas – asentí y quito su mano de mi cintura para que me pudiera mover.

Recogimos toda la basura y nos dirigimos hacia el castillo, una vez dentro de la sala común cada quien tomo camino para su dormitorio, creí sentir un leve roce en mi mano antes de separarnos pero bien puede haber sido parte de mi imaginación.

Estaba de camino a mi última clase del día, Transformaciones con la profesora McGonagall, la clase era con la casa de Gryffindor por lo cual la mayoría de las veces era una completa pesadilla. Al entrar al salón me di cuenta que los bancos habían sido remplazados por unas sillas a los costados del salón y en el centro se encontraba un gramófono que tocaba música de vals.

- Pasen, pasen no se queden mirando en la puerta – habló la profesora, y todos avanzamos hasta tomar nuestros lugares.

Poco a poco todo el salón se fue llenando hasta estar todos los alumnos de ambas casas.

- Como bien sabrán o tal vez no, cuando se realiza el torneo de los Tres Magos siempre se lleva a cabo el Baile de Invierno ofrecido por la escuela sede, y como somos nosotros me veo en la obligación de asegurarme que no haremos el ridículo gracias a sus pocas habilidades de baile – hizo una pausa y continuo – Señor Weasley si me permite – extendió una mano en dirección a Ron y este dudando al tomó – Señoritas, una mano de ustedes irá en el hombro de su pareja y la otra en su mano, Jóvenes una mano en la cintura de su pareja y con la otra sostendrán su mano, Señor Weasley por favor siga mis indicaciones.

Muy temeroso tomó a la profesora McGonagall de la cintura y todos los presentes estallamos en carcajadas por la cara de horror que tenía Ron, la profesora empezó a indicar los movimientos que se debían hacer al bailar, los pasos que seguir y los tiempos que contar, nos invitó a que todos tomáramos a alguien como pareja y lo practicáramos.

Me resigne y no hice amago de moverme de mi silla, porque era más que obvio que ninguna serpiente me invitaría porque ¿Quién quiere bailar con la traidora a la sangre? Y por otro lado ningún Gryffindor lo haría porque todos ellos detestan a las serpientes, incluso Potter siendo algo como un familiar, jamás pensaría en hacerlo, mis pensamientos se vieron interrumpidos por un toque en mi hombro, cuando volteé me encontré con la mirada de Draco.

- ¿Bailas Lupin?- dijo tendiéndome su mano, la cual yo no tomé.

- ¿Qué crees que estás haciendo? – sisé

- Invitándote a bailar, claro está – sacudió su mano para que la notara.

- Aquí enfrente de todas las serpientes, estás loco Draco – negué con la cabeza y aparte su mano con un golpe.

Enamorada del Príncipe de Slytherin | Draco y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora