Capítulo 14

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El enojo no disminuyo con el paso de los minutos, no lo hizo cuando el ambiente se aligero ni cuando Crowe dijo que mañana se llevar a cabo una cena con el consejo completo para celebrar la nueva noticia.

Los semidioses y el dios tras un par de copas se marcharon, Crowe se ofreció a acompañarme a mi habitación, acto que está muy lejos de ser caballeroso; camina a mi lado y cuando estamos en mi habitación de nuevo repite las palabras que uso antes para que nadie externo pueda escuchar nuestra platica.

- Mañana tiene que aparentar que sabias a que venias

- Fantástico, a seguir mintiendo

- Hablo en serio Ania – me observa a unos cuantos metros de mi – a partir de ahora harás todo lo que te ordene

- Por supuesto, como se me da muy bien obedecer

- Cuida tu lengua – su molestia es notable, igual que mi sonrisa – controla tu impulsividad

- Perdona que a veces no pueda controlar lo que digo, es que como me encanta que las personas me usen a su antojo pues estoy muy contenta – respondo con una falsa disculpa

- Tu de verdad no entiendes con quien estás hablando ¿Verdad?

- Claro que lo hago, estoy hablando con alguien que me necesita viva, si quiere abrir el infierno

- Eres toda una sorpresa – su mirada es retadora – te necesito viva, pero no necesito que hables

- ¿Y qué harás? ¿Cortarme la lengua? Hazlo, no me importa

Da un paso cerca de mí y me acorrala contra la pared, aunque su presencia me inquieta no despego mi mirada de la suya, ni siquiera cuando pone una mano en mi cuello ejerciendo la fuerza suficiente para recordarme que podría matarme si quisiera, lejos de mostrarme asustada le sonrió.

Algo en su mirada cambia cuando ve mi sonrisa, sus ojos se oscurecen y me suelta de golpe.

- No sé si eres valiente o estúpida

- Da igual lo que sea

- No puedes comportarte asi enfrente de los demás

- Entonces deberías darme una lista con las cosas que tengo permitido hacer y las que no

Se pasa una mano por el cabello, claramente frustrado. Me mira irritado y me hace una seña para que me siente, sin más opción me acerco a la cama y me siento mientras él lo hace en una silla que está a un par de metros.

- Mañana durante la cena deberá quedar claro que estas de nuestro lado...

- Y como lo estoy

- ... y sobre todo – me dedica una mirada furiosa por haberlo interrumpido – que no hay motivos para desconfiar de ti

- ¿Y cómo hare eso?

- Para empezar, deja de hablarme a la defensiva, se supone que eres mi amiga ¿no? Además, sigo siendo el rey aquí – me observa

- Como digas

Debe darse cuenta de que no me estoy tomando en serio lo que me dice, asi que con un tono más serio vuelve a hablar

- Te vendría bien recordar que la vida de tu familia y la tuya está en juego

- Como si pudiera olvidarlo – esta vez soy yo quien le da una mirada furiosa

- Y aun asi te atreves a mirarme furiosa – se burla – fui el único que te ayudo cuando lo necesitaste

El dios de la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora