CAPITULO 5: El engaño del Deseo

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"Narrado por Jade"

El sol se filtraba a través de las cortinas de la pequeña habitación de Jade, iluminando los libros y papeles dispersos sobre su escritorio. A pesar de la luz, el ambiente era pesado, cargado de la tensión y el misterio que había envuelto a las tres amigas desde que comenzaron su investigación sobre las desapariciones y los hermanos Axel y Hudson. Jade, sin embargo, no podía dejar de pensar en otro tipo de misterio: su relación con Bexley, que había comenzado a adquirir matices inesperados.

Desde la fiesta en casa de los hermanos, Jade había notado un cambio en la dinámica entre ella y Bexley. La pelirroja, con su belleza etérea y su estilo seductor, parecía haberla envuelto en una maraña de deseo y complicidad que la atrapaba sin que pudiera salir.

—¿Qué estamos haciendo? —pensó Jade, mirando por la ventana mientras se perdía en sus pensamientos. Los últimos días habían sido una mezcla de emoción y confusión, entre las pistas sobre las desapariciones y el atractivo peligroso de Bexley.

Decidida a aclarar sus pensamientos, Jade decidió ir a la cafetería del campus para encontrar a Katherina y Caroline y discutir los últimos hallazgos. Pero antes de encontrarse con ellas, tenía que hacer una parada en el bar donde Bexley trabajaba. La atracción entre ellas se había vuelto demasiado intensa para ignorarla, y Jade sentía que necesitaba enfrentar sus propios sentimientos.

El bar estaba oscuro y acogedor, con luces tenues que daban un aire misterioso al lugar. Bexley estaba detrás de la barra, sirviendo bebidas con una habilidad y una gracia que fascinaban a todos los presentes. Cuando Jade entró, la vio de inmediato, y el corazón le dio un salto. La pelirroja estaba vestida con una blusa ajustada y una falda corta que resaltaba sus curvas, y su cabello caía en ondas perfectas sobre sus hombros.

—Hola, Bexley —dijo Jade, acercándose a la barra con una sonrisa nerviosa—. ¿Puedo hablar contigo un momento?

Bexley levantó la vista, sus ojos verdes-azules reflejando una mezcla de sorpresa y entusiasmo.

—Claro, Jade —dijo Bexley, con una sonrisa seductora—. ¿Qué te trae por aquí hoy?

Jade se sentó en uno de los taburetes de la barra, tratando de mantener la compostura mientras sentía el calor de la proximidad de Bexley.

—He estado pensando en nosotros —comenzó Jade, su voz temblando ligeramente—. En lo que pasó en la fiesta y en cómo me siento contigo.

Bexley se inclinó hacia adelante, sus ojos fijos en los de Jade con una intensidad que hizo que Jade se sintiera desarmada.

—Lo sé —dijo Bexley, con un tono bajo y suave—. Hay algo entre nosotras que es difícil de ignorar. ¿Te has sentido tan atraída por mí como yo por ti?

Jade asintió, sintiendo cómo el deseo y la confusión se entrelazaban en su mente.

—Sí, pero no solo eso. También estoy preocupada por lo que está sucediendo con la investigación. Las desapariciones y todo lo que está pasando... siento que todo está conectado de alguna manera.

Bexley levantó una ceja, su mirada volviendo a una mezcla de curiosidad y misterio.

—¿Qué quieres decir con eso? —preguntó Bexley—. ¿Crees que lo que sentimos tiene algo que ver con los secretos que están saliendo a la luz?

Jade se detuvo, tratando de organizar sus pensamientos. La atracción que sentía por Bexley era innegable, pero la conexión entre sus sentimientos y el misterio de las desapariciones era algo que no podía ignorar.

—No estoy segura —dijo Jade—. Pero desde que comenzamos la investigación, he sentido que hay algo más en juego. Como si nuestras vidas estuvieran entrelazadas con el misterio de una manera que no podemos comprender del todo.

Bexley se acercó más a Jade, su cuerpo casi rozando el de ella mientras susurraba.

—A veces, las cosas que más deseamos son las que están más conectadas con nuestros miedos y nuestros secretos —dijo Bexley—. Lo que sientes por mí, lo que siento por ti, puede ser una manifestación de algo más profundo. Y tal vez, lo que está sucediendo en nuestras vidas ahora, es una parte de ese misterio.

La proximidad y la intensidad del momento hicieron que Jade sintiera un torbellino de emociones. Sus labios estaban a solo unos centímetros de los de Bexley, y el deseo era casi abrumador. Jade se inclinó hacia adelante, buscando el contacto que había estado evitando pero deseando al mismo tiempo.

Pero justo cuando estaba a punto de ceder a la atracción, el sonido del teléfono de Bexley interrumpió el momento. Bexley se apartó, sacando el teléfono de su bolsillo con una expresión de preocupación.

—Lo siento, Jade —dijo Bexley—. Necesito atender esto. Pero, ¿qué tal si hablamos más tarde, en otro lugar?

Jade asintió, su corazón aún acelerado mientras se levantaba del taburete.

—Claro, Bexley. Hablemos más tarde. Quiero entender mejor lo que está pasando.

Bexley la miró con una mezcla de arrepentimiento y deseo mientras Jade salía del bar. La confusión y el deseo seguían girando en su mente mientras caminaba de regreso a la residencia.

Al llegar a la habitación, Jade encontró a Katherina y Caroline esperando, listas para discutir los últimos avances en la investigación.

—Hola, Jade —dijo Katherina—. ¿Cómo fue en el bar?

Jade trató de ocultar su confusión, centrándose en el tema más importante.

—Fue... intenso. Pero tenemos que concentrarnos en la investigación. Necesitamos revisar más a fondo los registros y ver si hay alguna conexión con las desapariciones.

Caroline, que estaba hojeando algunos documentos, levantó la vista con interés.

—De acuerdo. ¿Qué descubriste?

Jade se sentó y comenzó a compartir lo que había encontrado, incluyendo algunas notas sobre la familia de Axel y Hudson y las pistas que habían reunido. A medida que hablaba, no podía evitar pensar en Bexley y en cómo sus propios deseos estaban interfiriendo con la claridad que necesitaban para resolver el misterio.

La noche avanzaba, y el misterio de las desapariciones seguía sin resolverse. Pero para Jade, el enigma no solo incluía los secretos oscuros que rodeaban a los hermanos, sino también las complejas y ardientes emociones que sentía por Bexley. La conexión entre ellas parecía estar entrelazada con los eventos que estaban tratando de desentrañar, y Jade sabía que debía encontrar una manera de equilibrar sus sentimientos con su búsqueda de la verdad.

Mientras tanto, en un rincón oscuro de la ciudad, Axel y Hudson seguían tramando sus propios planes, inconscientes del torbellino emocional que estaba afectando a Jade. La atracción y el deseo seguían tejiendo una red de complicaciones, y el misterio de las desapariciones continuaba enredando a todos en su oscuro y peligroso juego.

Obsesiones peligrosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora