18

34 5 0
                                    

Movió una de sus manos y la colocó sobre la tapa del frasco, humo negro comenzó a brotar lentamente de su piel y se empezó a colar por los agujeros, rodeando a Roier poco a poco, quien pegado al cristal no tenía por donde escapar, se tapó la boca con ambas manos, tratando de no respirar, una mínima exhalación le provocó un ardor espantoso en la garganta, rápidamente comprendió que la bruja lo estaba ahogando en veneno.
-Lo dejaste muy pronto pequeña hada... todavía no ha despertado lo suficiente como para venir detrás de ti y estoy muy segura de que si mueres ahora, su corazón volverá a endurecerse al menos unos quinientos años más, hasta que finalmente muera, marchito y destruido... me pregunto si su alma pasará intacta a la siguiente reencarnación después de eso.
Una carcajada odiosa brotó desde el fondo de su garganta, el frasco para ese entonces estaba completamente negro, ya no se veía a Roier en su interior, tampoco se escuchaba señal alguna de que se encontrara bien.
La bruja se sintió satisfecha por un instante hasta una magia aguda y poderosa se hizo presente a sus espaldas en un abrir y cerrar de ojos, no tuvo tiempo de hacer otra cosa más que voltear y ver con horror como Cellbit se había materializado dentro de su casa con la expresión de odio que le dejaba claro a aquella mujer que había recuperado por completo sus emociones, en un segundo habían utilizado su espada de plata y había atravesado a la bruja en el centro del abdomen, provocándole un dolor lacerante e intenso que la hizo proferir un grito espeluznante.

idioma floralDonde viven las historias. Descúbrelo ahora