𝘼𝙏 𝙉𝙄𝙂𝙃𝙏 : ̗̀➛ 𝘎𝘦𝘳𝘮á𝘯 𝘜𝘴𝘪𝘯𝘨𝘦𝘳

v e i n t e

Pov Candela;

Toda la mala energía que cargué durante el día se me fue en cuanto me di un baño y mi mejor amiga vino a visitarme porque se lo rogué. Haber salido a comprar facturas para acompañar el mate y pasear un poco por la ciudad también fue de gran ayuda a despejarme de todo el desorden que tenía en mi cabeza.

Porque sí, no todo es de color rosa.

Nos encontrábamos en la sala sentadas en el sillón en modo de indio, el mate ya se estaba por terminar y de todas las facturas que compramos solo quedaron dos, de esas que son las que menos pinta de comer te da y las dejas para lo último y nunca más las tocas.

La conversación en donde tiene de protagonista unos hermosos rulos y ojos cafés que no ven nada sin anteojos comenzó ni bien pisamos la calle, aunque recién ahora en la comodidad de mi hogar y con la lengua floja por querer sacar todo
de una vez llegué a la mejor parte de la noche.

Comencé tranquila aunque mi corazón latía a mil por dentro, toda la tarde pasé recordando detalle por detalle y en todas sentía emociones distintas; amor, duda, tristeza, preocupación...

— y me besó, no sé, al principio sentí que era eso lo que quería —me tapé la cara porque contarlo era más difícil que imaginarmelo segundo a segundo, me costaba demasiado poder detallar bien— no sé la cuestión es que ahora no sé cómo sentirme —aflojé mis hombros— encima fue un amor, sentí que volaba y es muy falopero éste término pero es que posta me sentí drogada

Me pegué un almohadazo a la cara chillando. No podía describir algo tan hermoso como eso con un término tan de barrio, escuché la risa malvada de Lucrecia de fondo, levanté mi cara y una ceja viendola.

— Cande

— ¿Qué?

— Lo besaste

La manera misteriosa y como que si quisiera que me dé cuenta de algo estaba en ella, pero yo solamente volvía a ese momento y me mordía el labio con mil mariposas en mi estómago y una leve sonrisa porque sacando todos mis traumas del medio fue una linda noche.

— Nos besamos —corregí y solté la primera pregunta que me carcomía— Escuchándolo vos desde afuera ¿Cómo lo ves? ¿Decís qué él lo quiso? O sea, es como que se sintió algo en el momento y simplemente nos dejamos llevar —antes de que pueda decir algo continué— Ó capaz yo soy la pelotuda que sentí todo y él estaba en el trago y no me quiso frenar por lástima y...

— A ver cande pará —me tomó de las manos para que respire— ¿Vos posta pensas que él chabón lo hizo porque estaba con dos tragos encima? —se empezó a reír de forma falsa y escandalosa burlándose de mi— No puede ser porque una, es Germán, es un pan de Dios ese chico y no jugaría con vos ni a palo y dos, el que te haya besado después y te tire esa frase uff, estaba en sus cinco sentidos..., bueno cuatro —solté una risa.

— Por ahí yo escuché maaal Lu —me negaba a aceptarlo cuando sucedió en una fiesta con la adrenalina a mil y el alcohol de por medio. Y aunque hayamos aclarado todo antes de despedirnos me negaba igual.

— ¿Por qué estás tan negativa che? Nunca te vi así amiga —mostró preocupación. Tenía razón porque yo no soy así, desde que me levanté estoy meta trabajar mi cabeza haciéndome mil preguntas y buscando excusas para no creer que fue algo recíproco— ¿Sabes qué es lo que te falta a vos?

— ¿Qué?

— Ir a verlo y hacerle todas las preguntas que quieras en la cara

— Estoy segurísima que no me las va a poder responder —me asintió estando de acuerdo.