—¿Qué opinas del dolor? — dijo Felix al día siguiente en vuelto en un pijama de batman.
¿Donde la habrá comprado?
—Que es una perdida de tiempo.
—Error.
—¿Por qué error? — dijo Molly metiéndose a la conversación.
—El dolor es necesario para saber que estamos vivos, que lo que sentimos es real.
—Pura madre — dijo mi amiga a lo que sonreí.
—Déjala, su escritora favorita no dejó juntos a sus dos personajes.
—¿También lees Mol?
—Así esss — arrastro la s —. De hecho, se llama Lysammm.
—¿Eso es un nombre? — cuestionó él.
—No lo se, pero eso no importa, lo que importa es que no ha subido nada desde hace semanas.
—¿Sientes dolor por eso?
—¿Por qué no actualice?, no, más bien siento ansiedad por lo que pasara en el siguiente capítulo.
—Sigo diciendo que su escritora escribe raro.
Molly me aventó una mirada de pocos amigos.
—Rara es tu escritora que se dice llamar una celula más.
Entrecerre los ojos pensando en que yo había comenzado esta pelea.
—Cómo sea — nos interrumpió Félix de nuevo —. El dolor es necesario.
—¿Masoquista? — pregunté.
—Deberían leer, Junto al Mar.
—¿Tú lees? — Molly no lo podía creer.
Él negó.
—Es solo un libro que me hizo entender que el dolor ayuda, pero que también, no lo sé, solo léanlo.
—Que buen argumento.
—Lo se.
—El dolor si ayuda — la voz de Osvaldo de escucho luego de un rato en silencio —. No es bonito, pero nos recuerda lo que somos y de donde vinimos para no caer, el dolor nos ayuda a olvidar lo que otros quieren de nosotros para conseguir lo que nosotros queremos, claro, solo si sabemos manejarlo.
