Un frondoso bosque, clima helado y una vieja cabaña de madera oscura ha sido un escenario repetitivo para muchas personas a través del los años, pero siempre hay algo que marca de forma permanente a este tipo de lugares.
Heredar un lugar así es algo...
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Le era inevitable no sonreír al ver a YeonJun arreglando su cabello por quinta vez en menos de diez minutos. Sus nervios eran obvios, el día de conocer a sus mejores amigos había llegado, estos se mudarían en algunos días, por lo que se quedarán en la casa hasta ese día.
—Ven, tu cabello está perfecto, hyung —se colocó frente al pelinegro, quien cedió y dejó de acomodar el mechón con el cuál ha estado peleando.
—Sé que me odian.
—No te odian, hyung, ni te conocen.
—Por eso, dudo que les haya agradado no haber estado durante su visita.
El día dónde la pareja fue al pueblo a ver casas YeonJun no pudo estar, justo ese día Belcebú le entregó los documentos para poder vivir en el mundo humano, ahora era difícil buscar vivir sin tener un pasado legal. Eso tardó más de lo que esperaba y al momento de regresar, TaeHyun y BeomGyu ya se habían ido.
—Nadie se quejó, cariño —afirmó, rodeando el torso del mayor en un abrazo acogedor—. Estoy demasiado seguro que te amarán, en especial BeomGyu, te aseguro que él intentará hablarte todo el rato.
El timbre no dejó que YeonJun siguiera quejándose, aunque ya no encontraba alguna manera de refutar las palabras del rubio. Bajaron juntos y al salir por la puerta vieron a la pareja salir del auto.
—¡SooBin!
Ambos se acercaron, el rubio más rápido que el pelinegro, quien aún se sentía incómodo al interactuar con el resto, no había pasado ni un mes desde que se volvió humano. Una vez frente a la pareja, quienes abrazaban a SooBin con sumo cariño, voltearon a ver a YeonJun.
—Déjenme presentarles —inició SooBin, acercándose al mayor y tomando su mano—, Choi YeonJun, mi novio, Kang TaeHyun y Choi BeomGyu, mis mejores amigos.
Sin perder esa educación, YeonJun se inclinó, sorprendiendo un poco a la pareja al ver que era una inclinación seria. Estos respondieron, sonrieron de una manera cómplice, como si se dijeran algo con solo verse a los ojos— Un gusto, lamento no haber podido conocerlos la vez anterior.
—No hay necesidad de preocuparse por eso —respondió TaeHyun—, al final habrá mucho tiempo para conocernos.
BeomGyu asintió a las palabras de su novio— Hace frío, hay que meter las maletas rápido.
Los cuatros ayudaron a llevar todas las cosas a la casa, lo pesado vendría en un camión el día que les entreguen la casa, por lo que era nada más ropa y cosas delicadas. Aunque no lo pensó mucho, YeonJun ayudaba a llevar las cosas más pesadas, ya no era un demonio pero aún tenía una fuerza algo superior a la humana.
—¿Primeras impresiones? —BeomGyu preguntó a su novio.
Ambos miraron a la pareja de su amigo y este mientras llevaban algunas cosas, presenciaron como el pelinegro tomaba lo que el rubio llevaba; no lo quería dejar cargar nada— Parece y actúa como un caballero de otra época.